Con el objetivo de impulsar acciones que ayuden a reducir emisiones en los sectores poblacionales que generan más huella de carbono, generalmente asociados a los de mayores ingresos, Iniciativa Climática de México (ICM) presentó el proyecto Net Zero Citizens: Desigualdad de Carbono y Responsabilidades Diferenciadas en la Acción Climática en México.
Durante el foro México por el Clima: Semana de Acción, celebrado el día de ayer, el organismo no gubernamental explicó que en México los sectores de altos ingresos tienen una huella de carbono superior a la de sus pares en ciertos países europeos.
En respuesta a esta desigualdad estructural en la generación de emisiones, ICM presentó el proyecto que incluye la aplicación de técnicas de cambio de comportamiento y mercadeo social, con el fin de impulsar acciones que ayuden a reducir emisiones en los sectores que generan mayor huella de carbono.
Indicó que el esquema parte del enfoque de “responsabilidades diferenciadas”, es decir, se reconoce que si bien todos los humanos deben contribuir con acciones para detener la crisis climática, los impactos en emisiones son distintos entre grupos poblacionales y, por tanto, aquellos con mayor huella de carbono deben emprender más acciones en la protección del medio ambiente.
Verónica Garibay, gerente de Política Energética en ICM, subrayó que los cambios en el estilo de vida y el comportamiento son esenciales para mitigar el cambio climático. Explicó que Net Zero Citizen busca trasladar el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas, reconocido entre naciones, al ámbito individual.
“Es muy complejo alcanzar acuerdos internacionales, por eso es fundamental que las personas asumamos metas de cero emisiones, y no esperar a que los gobiernos firmen resoluciones globales”, subrayó.
Garibay destacó que es central la difusión de información accesible al público, el desarrollo de intervenciones en grupos específicos mediante herramientas de marketing social y economía del comportamiento, y la organización de seminarios sobre comportamiento ambiental. Añadió que se trabaja en una herramienta para facilitar la instalación de paneles solares en viviendas, con el propósito de que los ciudadanos se conviertan en protagonistas visibles de la transición energética.
En el panel también participó Mónica Santillán Vera, académica e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quien señaló que los patrones de consumo son un factor determinante en el nivel de emisiones y destacó la importancia de incorporar los estilos de vida como un eje de análisis en el diseño de políticas de mitigación.
En el foro México por el Clima: Semana de Acción, Santillán presentó un estudio pionero en México que demuestra una relación directa entre los niveles de ingreso y la generación de gases de efecto invernadero: los deciles más altos presentan una huella de carbono diez veces mayor que los más bajos. Este hallazgo permite comprender la estructura de las emisiones según las necesidades básicas, siendo la movilidad, la energía en la vivienda y la alimentación los principales rubros que contribuyen a la huella nacional.
Por su parte, Ana Hanhausen, cofundadora de Widu Green A.C., explicó que el proyecto Net Zero Citizens busca promover cambios de comportamiento mediante intervenciones basadas en la Economía del Comportamiento y el uso del marketing social para facilitar la acción climática. Subrayó que, entre 2000 y 2019, el 1 % más rico de la población generó más emisiones que el 80 % restante. Enfatizó que, de acuerdo a un sondeo que realizó en un grupo del sector de altos ingresos en México, el principal motivador para actuar frente al cambio climático es de índole moral.
Finalmente, Dylan Furszyfer, gerente de Economía Circular en ICM, explicó que los factores sistémicos, la falta de infraestructura y la tendencia humana al “descuento del futuro” obstaculizan los comportamientos sostenibles, por lo que recomendó fortalecer los mecanismos de facilitación del cambio.
Con este proyecto, ICM busca acelerar la acción climática desde los hogares, colocando el comportamiento ciudadano en el centro de la transición energética.