Los mexicanos cada vez estamos más lejos de alcanzar la denominada “soberanía energética”. A pesar de que Octavio Romero aseguró que entre 2023 y 2024 no importaríamos gasolina, lo seguimos haciendo y mucho más. Con datos de Pemex al tercer trimestre de 2022, importamos 116% más diesel que el año pasado y 33% más gasolina. Pemex sigue siendo un barril sin fondo y quienes pagamos las consecuencias somos los mexicanos.
La primera promesa fue que produciríamos más petróleo, pero estamos produciendo 7.8% menos que en 2019. También que dejaríamos de importar gasolinas echando a andar el sistema de refinación existente y con la construcción de Dos Bocas. Pero este año hemos consumido 675 mil barriles de gasolina, de los cuales 420 mil fueron importados. Es decir, si llegaran a terminar Dos Bocas, lo cual es una misión imposible, produciría 260 mil barriles de gasolina, por tanto, seguiríamos teniendo un déficit de más de 160 mil barriles.
Invertir en refinación y las malas decisiones operativas siguen ocasionando que Pemex pierda millones. Al tercer trimestre de 2022, las pérdidas de Pemex fueron de $52 mil millones, a pesar de que este año se alcanzaron niveles históricos en el precio anual del petróleo, que se mantuvo en promedio por encima de los 100 dólares por barril.
Además, las inversiones que el gobierno ha hecho en Pemex, sin incluir la millonaria refinería de Dos Bocas, son exorbitantes. En estos casi 4 años, se dejaron de cobrar derechos por hidrocarburos por más de $700 mil millones y se le han inyectado más de $550 mil millones en otros rubros. Es decir, los mexicanos le hemos ingresado a Pemex más de un billón 250 mil millones de pesos desde que inició este gobierno y, a la fecha, no hemos tenido un solo año superavitario. Tampoco producimos más crudo ni importamos menos gasolinas. Esto realmente es quemar dinero.
Hay que decirlo, Pemex tiene un patrimonio negativo. En palabras de Macario Schettino: “si se vendiesen todos los activos que tiene, incluyendo las áreas de las que saca petróleo, se requerirían varios billones de pesos para cubrir las deudas”. Después de la reforma energética y con las inversiones privadas derivadas de las diversas rondas, el patrimonio era de menos 6.6%; con el actual gobierno, ¡es casi menos 9% del PIB!
“Hay que decirlo, Pemex tiene un patrimonio negativo”.
Lo que sí hay que reconocer es que mi paisano, el Ing. Romero, atiende y escucha a los diputados. Por 4 años consecutivos ha acudido a las comparecencias porque Rocío Nahle no ha puesto un pie en San Lázaro desde que era legisladora. Por cierto, en la comparecencia con senadores, nada se supo sobre el avance de la Refinería Dos Bocas en mi natal Tabasco. Varios grupos parlamentarios cuestionaron sobre los costos excesivos de la obra y los tiempos definitivos de terminación del proyecto, sin ninguna respuesta. El director de Pemex se limitó a contestar que Dos Bocas es una responsabilidad de Nahle.
He tenido la oportunidad de estar en diversos foros escuchando a expertos del sector energético y coincidimos en que la política del gobierno sigue de cabeza y que México no logrará la seguridad energética a menos que alinee de inmediato la estrategia. La respuesta es sencilla, necesitamos tener energía accesible, limpia y a precios competitivos para los ciudadanos. ¿Es tan difícil de entender para el gobierno de cuarta?
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