Los Certificados de Energía Limpia (CEL) son uno de los conceptos que retoma la Ley del Sector Eléctrico (LESE) de la derogada Ley de la Industria Eléctrica, aunque con un cambio fundamental que modifica totalmente su esencia. Pero, ¿cómo quedará ahora? Veamos la historia, actualidad y futuro.
Los CEL fueron creados originalmente como un mecanismo que impulsaba la inversión para instalar nueva capacidad de generación de energía limpia. La cosa era sencilla: quien tenía nueva capacidad de generación y la ponía a operar, adquiría CEL y podía venderlos en el mercado para así tener un ingreso extra por esa energía limpia.
Los generadores que tenían capacidad de generación operando previamente no adquirían CEL ni de CFE, ni de privados. Los nuevos generadores adquirían CEL tanto públicos, como privados.
Pero en la visión de CFE, esto significaba que no se reconocía su energía limpia como tal, de manera que siempre buscaron, en lugar de invertir en nueva capacidad, que la energía limpia generada por capacidad ya instalada se reconociera como CEL. Y entonces la LESE hace que a toda la energía de generadores limpios se le reconozca con certificados.
¿Cómo cambia eso? Muy sencillo: ahora, en lugar de que las obligaciones de energía limpia de los usuarios de electricidad sea de 13 o 15 %, será de 36.6% en 2024; 38.6% en 2025 y aumentará 1.6 % anual hasta llegar al 45 % en el año 2030.
¿Por qué 45%? Porque son las obligaciones del país en materia de energía limpia.
Si ahora los CEL van a medir el total de la energía limpia que se genere en el país, el porcentaje tendrá que ser idéntico. Pero esto va a generar algunos problemas, por ejemplo:
CFE firmó contratos para comprar CEL en subastas de energía eléctrica de largo plazo. En el momento en que toda generación sea considerada limpia, se incrementa en automático la disponibilidad de los certificados y, por lo tanto, estos CEL, comprometidos en compraventa, se devalúan, lo que genera un impacto al costo del servicio adquirido por CFE.
Pero con este nuevo método de definición de CEL, si CFE quiere cumplir con las obligaciones, está en un problema. Pongamos como ejemplo el año pasado. De enero a noviembre, CFE Suministrador de Servicios Básicos adquirió en total 205,601,442 megawatts-hora. De estos, la energía limpia fue de solo 44,262,906 MWh, lo que equivale a un número idéntico de CEL, y representa 21.5 % del total de la energía que adquirió.
Si se usara el modelo nuevo de CEL para el año pasado, a CFE le faltaría 13.5 % de energía limpia. Eso significa que para el año pasado, CFE debía instalar o contratar unos 14,645 MW de capacidad instalada de generación solar. Este año la obligación crece, por lo que la cantidad de energía contratada, o instalar mayor capacidad, es aún más, y la reforma a los CEL de poco sirve para cumplir con eso. No sirve de mucho agregar la solar e hidroeléctrica y parece que no hay forma de cumplir sin abrir plenamente la puerta a generadores limpios, o invertir una millonada anual.
“Si se usara el modelo nuevo de CEL para el año pasado, a CFE le faltaría 13.5 % de energía limpia”.
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