La luz no es un lujo. Es un servicio que nos permite tener una calidad de vida favorable sobre todo en zonas de altas temperaturas como el sureste mexicano, o de mucho frío como el centro y norte del país. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue creada en 1937 para generar y distribuir energía de una manera económica y segura a los mexicanos. Hoy, a 85 años de su puesta en marcha, la empresa ha perdido el rumbo y, por primera vez, le ha generado pérdidas al gobierno federal.
Para nadie es ajeno que CFE se haya ido ganando el rencor de los mexicanos porque ha errado en el objetivo principal de llevar energía eléctrica de manera eficiente y asequible a los hogares. Según el último informe de la Auditoría Superior de la Federación, en 2020 la empresa productiva del Estado obtuvo menores rendimientos que el año pasado y, al mismo tiempo, en el periodo 2018-2020 los sectores agrícola, doméstico, industrial, de servicios y comercial aumentaron su precio medio de las tarifas en 8.9%, 4.1%, 5.2%, 3.4% y 5.7%, respectivamente.
La historia de la señora Minerva es un claro ejemplo. Su casa estuvo inundada 2 meses durante 2020 en la colonia Gaviotas, en Villahermosa, y el suministro de energía fue cortado. Cuando la factura de ese bimestre llegó, era un “recibo loco” de casi 8 mil pesos. ¿Por qué, si no usó el servicio?
Y con este ejemplo, entro de lleno al caso de Tabasco, donde la resistencia civil surgió desde hace casi 30 años en protesta contra las altas tarifas y que fue abanderado por el actual presidente de nuestro país. Gracias a la firma de varios convenios durante 2019 y 2020 se logró poner en marcha el programa “Adiós a Tu Deuda” y con esto condonar el adeudo histórico que ya alcanzaba los casi 15 mil millones de pesos por el consumo de energía eléctrica y, lo más importante, lograr una demanda añeja de los tabasqueños, tener la tarifa 1F, la más baja del país.
¿Dónde están los recursos públicos invertidos y los millonarios subsidios autorizados?
Hoy este logro se ve nublado por un informe de auditoría revelado recientemente. En él, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) menciona que es ilegal aplicar la tarifa de energía eléctrica 1F en Tabasco, ya que argumenta que su aplicación va en contra de la normatividad de la CFE y, por tanto, contraviene el acuerdo 123/2017 “Acuerdo por el que se autorizan las tarifas finales de energía eléctrica del suministro básico a usuarios domésticos”, publicado en el DOF el 30 de noviembre de 2017. ¿Esto quiere decir que nos engañaron?
Esta irregularidad se suma a la creciente cartera vencida de la CFE que, según la ASF, ascendió a 64 mil 500 millones de pesos en 2020, 18.4% superior a lo que la dependencia dirigida por Manuel Bartlett esperaba. De este monto, 63.7% (41 mil 90 millones de pesos) se concentró en solo tres estados: México, 19 mil millones; Tabasco, 14 mil 710 millones, y la CDMX, 7 mil 305 millones de pesos.
¿Quién saldrá a explicarnos lo que verdaderamente está pasando en la CFE? ¿Dónde están los recursos públicos invertidos y los millonarios subsidios autorizados? ¿Por qué seguimos pagando altas tarifas? La CFE es de los mexicanos, sin nosotros y nuestros impuestos no sería una de las más grandes a nivel mundial, por eso es importante que de manera transparente nos den una explicación cuánto antes de lo que está pasando.