Bolivia, con reservas descubiertas hace aproximadamente tres décadas (gas natural, condensado y petróleo), llegó y logró exportar el 2014 6,100 millones de dólares (MMUSD) entre natural, GLP y otros productos. Ese mismo año, el país importó algo de diésel y gasolina por un valor de casi 1,000 MMUSD. El superávit energético fue de 5,100 MMUSD.
Como van las cosas, y de no cambiar drásticamente el modelo económico y las políticas energéticas fallidas actuales, a finales del 2029 el país estará importando hidrocarburos por aproximadamente 6,000 MMUSD. Este escenario está calculado con un precio promedio de 80 USD/Barril. Considera además que se mantienen los subsidios y, por supuesto, también el elevado contrabando a los países vecinos.
La realidad nos muestra que el 2024 dejamos de exportar gas natural a Argentina por la declinante producción. Este 2025 se terminará importando el 90% de la demanda de diésel y muy cerca al 60% de la demanda de gasolina. También, este 2025, se dejará de exportar GLP y comenzarán las importaciones. El INE ya no muestra exportaciones desde marzo y la curva oferta-producción vs. demanda nos muestra que se cruza este año.
Este 2025 (por el precio del petróleo que ha bajado a un promedio de 70 USD/Barril debido a las medidas de Trump principalmente) el país necesitará importar entre 2,500 a 2,600 MMUSD entre diésel, gasolina y algo de GLP. Las exportaciones de gas natural bordearan los 1,100 millones de dólares dejando un déficit energético de 1,400 a 1,500 MMUSD.
El cambio de un país con elevado superávit energético a un país con creciente déficit energético, y gastando a mano llena, nos ha llevado a que el país no tenga las suficientes divisas (léase dólares) para importar y abastecer la demanda de diésel y gasolina. Esta es la razón fundamental para que desde hace 2 años el país esté cada vez menos abastecido. Cada vez se produce menos energía y cada vez se tienen menos divisas con qué importar. Un país sin energía no tiene economía.
Empero, la historia no termina ahí y como manifesté anteriormente, al ritmo de declinación de producción de hidrocarburos, a finales del año 2027, el país dejará de exportar gas natural a Brasil y el 2028 comenzará a importar el energético. ¿Quién sabe de dónde se podrá hacer? Esto será motivo de otro análisis más adelante.
El 2029 se necesitará importar básicamente todas las necesidades de hidrocarburos que representarán aproximadamente 6,000 MMUSD. No habrá exportaciones de gas natural. Ese será el déficit energético del país el 2029, si no se toman medidas de cambio profundas en el modelo institucional, energético y económico.
“El 2029 se necesitará importar básicamente todas las necesidades de hidrocarburos que representarán aproximadamente 6,000 MMUSD”.
La población boliviana debe entender que el país requiere reformas que tienen que tomarse para no llegar al 2029 con 6,000 MMUSD de importaciones y tener un país desbastecido de energía. Estas reformas van a ser dolorosas porque requieren recortar el excesivo gasto (déficit fiscal), quitar subvenciones, cerrar empresas estatales deficitarias y otras tantas que obligan para enderezar la economía. Entendamos que el Estado empresario no funciona y no genera bienestar y, por el contrario, genera pobreza.
Esperamos que el nuevo gobierno que entre (sea izquierda, centro o derecha) entienda que se necesitará hacer cambios drásticos y aprobar varias leyes y medidas legales para retomar inversiones y generar confianza en el país (seguridad jurídica) en todos los rubros. La justicia, el Banco Central de Bolivia y muchas otras instituciones necesitan tener independencia del poder político de turno. Las empresas estatales lo mismo, para que no generen clientelismo político y arrojen pérdidas.
Una Asamblea nacional dividida y enfrentada solo ahondará los problemas económicos y sociales que tiene el país. Estamos frente a una crisis multidimensional. Creo que tener un país totalmente abastecido de energía es una de las piezas fundamentales del nuevo rompecabezas que enfrentará Bolivia a partir de 2026.
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