La Cumbre Climática de Naciones Unidas (COP28) tuvo algunos logros; sin embargo los acuerdos finales no fueron los ideales, consideran distintos organismos.
Por una parte, Iniciativa Climática de México (ICM) advirtió que las negociaciones finales mostraron “la incapacidad de la COP como un mecanismo para reconocer que para atender adecuadamente la crisis climática, es indispensable la eliminación gradual del uso de todos los combustibles fósiles”.
En las negociaciones finales, la comunidad internacional buscó establecer una fecha para la completa eliminación de los combustibles fósiles, pero se modificó a la “aceleración del desplazamiento de los combustibles”, debido a la presión de países como Arabia o Irak, que tienen altos niveles de reservas, o bien, India y Nigeria, pues cuentan con una alta dependencia al carbón en su matriz energética.
En este sentido, ICM detalló que la eliminación de los combustibles solicitada por la comunidad debe seguir tres etapas: parar de inmediato la proliferación (aumento); alcanzar el pico en el consumo en esta década y llegar a la eliminación total.
Por otra parte, Norbert Rücker, jefe de Economía e Investigación de Next Generation del banco privado Julius Baer, aseguró que el acuerdo de “transitar lejos de los combustibles fósiles”, sólo fue posible después de intensas negociaciones.
Como de costumbre, los participantes utilizaron las palabras ‘histórico’ y ‘señal fuerte’; sin embargo, el banco pronostica un impacto limitado del resultado de la conferencia en las empresas y los mercados.
Por otra parte, consideró que los políticos esperan que los acuerdos envíen señales, pero los mercados y las empresas tienden más a prestar atención a la economía basada en hechos concretos.
El especialista recordó que entre 2021 y 2022, las realidades económicas llevaron a un fuerte resurgimiento de la producción de carbón, especialmente en China.
Para este año, las inversiones aceleradas en energías renovables, al ser la fuente de electricidad más competitiva en la mayoría de las áreas del mundo, están llevando a más energía limpia en el sistema y reduciendo el uso de carbón en Europa a mínimos de varias décadas.
Situación de México
Sobre la presencia de México en la COP28, ICM consideró que el país sigue incercias arraigadas, por lo que urgió a las candidatas a la presidencia de México a que se aseguren de incluir en sus plataformas y planes de gobierno las medidas pertinentes que, aunque son ambiciosas, sí son factibles.
Entre los cambios sugeridos, ICM señaló que el gas natural no puede ser la apuesta para atender la demanda futura de electricidad, ya que no es compatible con el cumplimiento de nuestras metas climáticas.
En este sentido, en el marco de la COP28 y como apuntalamiento a la necesidad de eliminar el uso de combustibles fósiles, se presentó el capítulo México del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Además, México tendría que cuadruplicar la capacidad instalada de energías renovables para cumplir con la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC) presentada en 2022. Es decir, pasar de alrededor de 14.4 GW de capacidad instalada en 2021 a 57.6 GW.
De acuerdo con el estudio “Emisiones Netas Cero desde la Sociedad Civil 2060”, recientemente publicado por ICM, para cumplir con la ruta más ambiciosa hacia un nivel de cero emisiones, deben cumplirse con una serie de hitos fundamentales en tiempos bien acotados.
El primero de ellos es que a partir de 2027 ya no se deberán instalar en México nuevas plantas de generación eléctrica fósil.
También debe eliminarse el carbón de la matriz eléctrica en 2030 y erradicar por completo el uso del combustóleo a más tardar en 2035.
Finalmente, es necesario expandir y fortalecer la red eléctrica con urgencia (con financiamiento público-privado).
Para un país como México, la reducción de emisiones es conveniente, ya que genera nuevos empleos y le permite acceder a recursos concesionales internacionales etiquetados para la mitigación.
Además, generar electricidad con combustóleo y con carbón es más caro que hacerlo con energías renovables.
Por ello, ICM aseguró que es fundamental reconstruir capacidades de gestión dentro y fuera del gobierno en materia de cambio climático y diseñar los esquemas institucionales que permitan que México se reinserte como jugador titular en el concierto global por impulsar y acelerar la acción climática para no llegar a la frontera del aumento de la temperatura al nivel postindustrial del 1.5 grados.