La refinería de Deer Park, que compró Pemex en enero de este año, arrojó una ganancia neta en los primeros seis meses de 2022 de 18 mil 258 millones de pesos; sin embargo, el grueso de la producción se quedó en Estados Unidos, lo que contrasta con el discurso del presidente de México, quien aseguró que esta planta aportaría a la soberanía energética.
De acuerdo con el reporte financiero de Pemex, correspondiente al periodo abril-junio de 2022, la refinería ubicada en Texas produjo 293 mil barriles diarios de petrolíferos, que incluye gasolina, diésel, turbosina, gas LP, combustóleo y otros productos; sin embargo, las ventas reportadas al exterior de la planta se ubicaron en 248 mil barriles diarios.
Esta cifra implica que 84 por ciento de la producción total se quedó en Estados Unidos.
El mandatario mexicano dijo el 21 de enero de este año, que la planta tiene capacidad para procesar 320 mil barriles diarios, de los cuáles 131 mil barriles son de gasolina.
“Con esto se avanza con el propósito de que podamos procesar todo el petróleo crudo que se produce en México y convertirlo en gasolinas para dejar de importar gasolinas y diésel, tener autosuficiencia energética, ese es el propósito, porque a esta refinería hay que sumar a Dos Bocas que vamos a inaugurar este año, que tiene capacidad para procesar 340 mil barriles diarios”, dijo el mandatario en su conferencia de prensa del 21 de enero.
Las cifras que dio el presidente son cercanas a la realidad, pues de los 320 mil barriles para los que tiene capacidad se procesaron 293 mil barriles.
Al revisar los datos por subproducto, la refinería presenta una producción diaria de 130 mil barriles, pero 100 mil son contabilizados como ventas en el exterior. Los resultados del diésel son similares, pues de los 91 mil barriles diarios que se producen, 76 mil se quedan en Estados Unidos.
“Deer Park tuvo utilidades interesantes, pero eso da un ejemplo de una refinería no operada por Pemex que le fue muy bien en este periodo, comparado con las refinerías de Pemex TRI que continuaron con pérdidas”, dijo Óscar Ocampo, líder de Proyectos de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
El discurso político, continúa, nunca estuvo necesariamente ligado a la realidad. “Es mejor tener una refinería operando a 80 o 90 por ciento en Texas, que seis operando al 40 por ciento. Trae un rendimiento de 18 mil millones de pesos, que al final del día, independientemente de dónde se vayan los barriles, no deja de ser buen negocio para Pemex, no deja de ser el mejor negocio para Pemex que la parte de Transformación Industrial”, aseguró Ocampo.
Al retomar los datos consolidados de Pemex, el especialista del Imco aseguró que las pérdidas de las seis refinerías en el país representan más de dos mil 100 millones de pesos, lo que contrasta con 18 mil millones en ganancias de una refinería que opera en Texas.
Santiago Arroyo, de la consultora Ursus Energy, señaló que Pemex TRI es el “hoyo negro” en el que se están yendo los recursos del país y de Pemex.
“Si a algo le queremos atribuir el fracaso financiero es Pemex Transformación Industrial, y lo que estamos viendo es el resultado de esta estrategia refinadora que está llevando la secretaria de Energía, como presidenta del Consejo de Administración. Los resultados son pésimos”, dijo a este medio.
Sobre Deer Park, el especialista señala que esta refinería no es administrada por Pemex TRI, sino por la empresa Pemex Comercio Internacional (PMI), que opera en Estados Unidos.
“Los resultados de Deer Park corresponden al Sistema de Refinación del Golfo (en Estados Unidos) y no al Sistema Nacional de Refinación. Está siendo negocio para PMI, y finalmente es una buena noticia para PMI y para Pemex. Si lo queremos poner desde una perspectiva de discurso o ideológica de la estrategia establecida por la secretaria Nahle, enfocada a que la producción de Deer Park sea para consumo de los mexicanos, no es así. Los datos son contundentes y también atienden no a una cuestión política, como lo ha manejado la administración, sino que estamos hablando de que PMI está obedeciendo a su acuerdo con Shell, que establece que la producción tendría que quedarse en Estados Unidos, que fue un acuerdo que se estableció inicialmente”, mencionó Arroyo.
Si bien hay un buen resultado en Deer Park, las ganancias corresponden a PMI y el personal de la refinería no es mexicano, sino propio de la empresa antes de la compra.
“El argumento que sostenía Nahle y el presidente López Obrador de que Deer Park iba a producir para los mexicanos, no es así, se está produciendo para Pemex y para los mercados donde tiene influencia, y no está mal porque el objeto de la empresa es dar valor a la empresa y al Estado Mexicano, pero el objeto político que le quieren dar, se queda corto”, añadió.