Redacción / Energía a Debate
La apuesta del gobierno de México por elevar la producción de gasolina y diésel se enfrenta a un cambio que reducirá de manera drástica el valor de uno de los subproductos que se obtienen de la refinación y que, en lugar de generar valor, provocará mayores pérdidas a Petróleos Mexicanos (Pemex), según analistas de la industria.
Las finanzas y las operaciones de Pemex enfrentan un nuevo reto por la entrada en vigor, este 1 de enero de 2020, de las nuevas reglas de la Organización Marítima Internacional, OMI (en inglés, IMO), que prohíben a las embarcaciones usar combustibles con un contenido de azufre mayor al 0.5%.
Estas nuevas reglas afectarán la producción de este subproducto en las seis refinerías de Pemex, que incumple por mucho los estándares de la nueva regulación marítima. Además, la nueva refinería que se proyecta para Dos Bocas, Tabasco, también procesará crudo pesado y, por lo mismo, generará elevados volúmenes de este tipo de residuales.
Hasta ahora, el estándar en la industria marítima ha sido de combustibles con un contenido de azufre del 3.5%. La llamada norma IMO 2020 es la primera de una serie de medidas de la OMI para reducir la contaminación del mar. Utilizar combustibles con bajo contenido de azufre será la solución más viable para que la industria marítima alcance esta meta en el mediano plazo.
La estricta norma sobre emisiones de la OMI deberá mejorar significativamente el impacto ecológico de la industria naviera. Basado en la suposición de que la diferencia de precio entre el combustible con alto contenido de azufre (high sulfur fuel oil, HSFO 3.5%) y el combustible bajo en contenido de azufre (LSFO 0.5%) sea de 250 dólares por tonelada para 2020, habrá un costo adicional para esta industria de más de mil millones de dólares anualmente, según la empresa Hapag-Lloyd.
Aunque se prevé que muchas embarcaciones instalarán scrubbers, o lavadores de gases, para poder usar HSFO, en un primer momento el precio de este producto podría hundirse en los mercados internacionales por el excedente de oferta de este combustible.
Pemex cuenta con un plan de rescate de sus refinerías para llevar el nivel de utilización de 40% de su capacidad a 80% o 90% en los próximos tres años. Pero ello implica que se elevará la producción de combustóleo por cada barril de crudo y no hay equipos para disminuir los volúmenes de producción de combustóleo.
Se prevé que la única salida para ese combustóleo será su quema en las termoeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).