Los pequeños consumidores de energía en México tienen la oportunidad de usar generación distribuida (la instalación de paneles solares) para producir y consumir su propia electricidad limpia o renovable.
Por su parte, los grandes usuarios pueden migrar al mercado eléctrico y ahí obtener productos asociados a la energía, como los Certificados de Energía Limpia o los certificados de energía renovable (IREC, por sus siglas en inglés), con el objetivo de lograr que el porcentaje deseado de su energía provenga de fuentes limpias o renovables, además de obtener costos más bajos.
Pero hay un espacio que muchos conocemos como “limbo energético”, que es donde los usuarios consumen más energía de la que un techo solar puede generarles, pero menos de un megawatt, por lo que no pueden acceder al mercado eléctrico.
El problema es que muchas de esas empresas requieren energía limpia o renovable puesto que son proveedores o parte de alguna empresa con obligaciones corporativas ligadas a la transición energética.
¿Qué opciones tienen? Básicamente tres que dependen del gobierno.
La primera sería que el gobierno (junto con los legisladores) acepte cambiar la ley para que se permita instalar mayor capacidad de generación sin permiso. La segunda es que la Secretaría de Energía decida bajar el umbral para que una empresa con demanda de 500 kW pueda acceder al mercado eléctrico. La tercera es que les faciliten y otorguen los permisos de generación.
Dos de estas opciones incrementarían la inversión y la capacidad de generación con fuentes limpias en el sistema, la otra solo hace que estas industrias accedan a costos de energía más competitivos, pues per se, entrar al mercado eléctrico no cambia las proporciones de energía limpia en el sistema.
¿Es importante generar un cambio aquí?
Sí, porque muchas medianas empresas caen en estos supuestos.
Si les damos ahora posibilidades de generar más energía para su autoconsumo, acompañadas de las baterías, estas empresas serían una base importante para la descarbonización de varias cadenas de valor, lo que adicionalmente las metería en la dinámica global de mitigación de emisiones, con lo que crecerían las opciones de acceder a mercados globales.
Hay un aspecto adicional a mencionar. La mediana industria es la que está actualmente en desventaja con la gran industria por la existencia de este limbo. Si consideramos que la mayor parte de los puestos de trabajo está en las medianas empresas, resulta entonces que en el limbo hay un espacio que está afectando el empleo.
“La mediana industria es la que está actualmente en desventaja con la gran industria por la existencia de este limbo”.
Resolverlo con esas tres opciones podría generar beneficios económicos al país en su conjunto.
La transición energética requiere que todos puedan participar de ella, de manera que no es suficiente que las grandes empresas lo hagan. El actual limbo eléctrico, que es muy fácil de superar, es una muestra de ese tipo de pequeños obstáculos que frenan a sectores amplios de la economía en su afán por descarbonizar la economía.
Son ese tipo de obstáculos que, literalmente con un plumazo, se pueden eliminar.
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