Los productores de petróleo y gas en el mundo representan apenas 1 por ciento de la inversión total en energía limpia, de manera que la mayoría de las empresas de hidrocarburos “observan las transiciones energéticas desde la barrera”, aseguró la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Tomando ese 1 por ciento como un 100 por ciento, detalla la Agencia, poco más de 60 por ciento de los esfuerzos para la transición energética proviene de apenas cuatro empresas, entre miles de productoras de petróleo y gas que existen actualmente en todo el mundo.
“Por el momento, la industria del petróleo y el gas en su conjunto es una fuerza marginal en la transición mundial hacia un sistema de energía limpia”, afirmó.
En su más reciente informe “La industria del petróleo y gas en las transiciones cero neto”, la AIE expuso que no existe uniformidad en los esfuerzos para lograr la transición a cero neto en emisiones.
“Las implicaciones de las transiciones netas cero están lejos de ser uniformes: la industria abarca una amplia gama de actores, desde pequeños operadores especializados hasta enormes compañías petroleras nacionales (NOC)”, señaló.
Al respecto, dijo que si bien la atención a menudo se centra en el papel de las grandes empresas, que son siete grandes actores internacionales, en realidad poseen menos del 13 por ciento de la producción y las reservas mundiales de petróleo y gas.
En cambio, las NOC representan más de la mitad de la producción mundial y cerca del 60 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y gas.
En cuanto a la distribución de los ingresos generados por la industria de los hidrocarburos, la Agencia manifestó que, desde 2018, los ingresos anuales han promediado cerca de 3.5 billones de dólares. Alrededor de la mitad de esta suma se destinó a los gobiernos, mientras que el 40 por ciento volvió a invertirse y el 10 por ciento se devolvió a los accionistas o se utilizó para pagar deudas.
Deben reducirse emisiones en 60% al 2030
Según el documento del organismo internacional, para alinearse con el escenario de 1.5 ºC del Acuerdo de París, las emisiones totales de la industria deben reducirse 60 por ciento con respecto a los niveles actuales.
Además, aclara, la intensidad de las emisiones en las operaciones de las empresas de petróleo y gas mundiales deben acercarse al cero para principios de la década de 2040.
“Estos son puntos de referencia apropiados para la acción de toda la industria sobre las emisiones, independientemente del escenario futuro. La intensidad de las emisiones de los países con peor desempeño es actualmente de cinco a diez veces mayor que la de los mejores. El metano representa la mitad de las emisiones totales de las operaciones de petróleo y gas. Abordar las fugas de metano es una máxima prioridad y puede hacerse de manera muy rentable, pero no es la única prioridad”, consideró el organismo.
La Agencia también dijo que, a como están las cosas, menos de la mitad de la producción mundial actual de petróleo y gas es producida por empresas que tienen objetivos para reducir estas emisiones.
“Se necesita una coalición mucho más amplia –con objetivos mucho más ambiciosos– para lograr reducciones significativas en toda la industria del petróleo y el gas”, sugirió.
Agregó que la producción, el transporte y el procesamiento de petróleo y gas generan poco menos del 15 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía.
“Esta es una cantidad enorme, equivalente a todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía de Estados Unidos”, advirtió.
Necesaria más inversión, pero no nuevas exploraciones
La AIE reconoce que es necesaria una inversión continua en el suministro de petróleo y gas en todos los escenarios, pero los 800 mil millones de dólares que actualmente se invierten cada año son el doble de lo que se necesitará en 2030 para satisfacer la caída de la demanda en un escenario de 1.5 °C.
Por ello, consideró que la inversión en campos existentes y en algunos nuevos es necesaria en un mundo que cumple los compromisos nacionales en materia de energía y clima, aunque en conjunto no hay necesidad de nuevas exploraciones.
“En un escenario que alcance cero emisiones netas globales para 2050, las caídas en la demanda son lo suficientemente pronunciadas como para que no se requieran nuevos proyectos convencionales de petróleo y gas de largo plazo”, afirmó.
Incluso, recomendó cerrar parte de la producción existente:
“En 2040, más de 7 millones de barriles por día de producción de petróleo quedarán fuera de operación antes del final de su vida técnica en un escenario de 1.5 °C”.