La crisis de la guerra en Ucrania, un cisne negro para el 2022, ha cambiado completamente el panorama para la inflación en América Latina, advierte el banco privado Julius Baer.
En este sentido, si bien los precios de los alimentos y la energía están impulsando el aumento de las expectativas de inflación, el crecimiento de los salarios nominales también está comenzando a aumentar, al igual que el costo de vida, advierte el banco.
Un cisne negro, es una metáfora en la economía que describe sucesos que ocurren por sorpresa y que ningún analista había tomado en cuenta, porque eran improbables y generalmente terminan teniendo un impacto negativo y repercusiones trascendentales, según el banco Santander.
La expectativa de la inflación anual en México para el cierre de este año se ha incrementado a 5.8 por ciento, de acuerdo con la última encuesta entre analistas del sector privado realizada por el Banco de México.
Esto ocurre, señala Julius Baer, aunque América Latina está aislada geográficamente de la guerra de Ucrania, debido a que sus efectos indirectos se pueden ver en una menor expectativa de crecimiento global.
“Las economías latinoamericanas se están beneficiando de los términos de intercambio más fuertes de las materias primas: de hecho, con la excepción de México, que es una economía basada en la manufactura, todos los demás países son importantes exportadores de materias primas, lo cual está mejorando los saldos fiscales y de cuenta corriente, así como fortaleciendo los fundamentos de la moneda local”, dice el banco.
Antes de la guerra en Europa, el banco esperaba una relajación de las interrupciones en la cadena de suministro causadas por la pandemia, lo que, junto con el agresivo ciclo de ajuste de los bancos centrales, habría ayudado a reducir las presiones inflacionarias.
Para el especialista, el precio de los alimentos y energía son particularmente importantes para América Latina, donde el peso particular de los alimentos y la energía en la inflación tiene un impacto mayor en los consumidores de bajos ingresos.
“Este elemento será crítico, ya que los gobiernos podrían limitar el aumento de los precios de los alimentos y la energía a través de subsidios para evitar cualquier malestar social”, añade.
En México, el costo de los estímulos fiscales a la gasolina tendrá un impacto en las finanzas públicas que se ubicará entre 200 mil y 400 mil millones de pesos de acuerdo con estudios diferentes, elaborados tanto por el Instituto Mexicano para la Competitividad como por el banco UBS y Finamex Casa de Bolsa.