Daniel Yergin, ganador del premio Pulitzer y vicepresidente de Standard & Poor’s Global advierte que el mundo está en una crisis energética que solo empeorará en los próximos meses.
“Creo que estamos en una crisis energética global. Acabo de reunirme con personas de una serie de países de mercados emergentes en el sudeste asiático profundamente preocupadas por lo que están haciendo los altos precios. Y mi preocupación es que mirando los elementos, me parece que va a empeorar en los próximos meses. Y una organización como el FMI y otros, el Banco Mundial, tiene que mirar muy detenidamente lo que sucederá en los próximos tres, cuatro o cinco meses. Lo que hará para que los países equilibren los pagos, la estabilidad económica y hasta política, porque realmente, las cosas no se van a quedar quietas”, dijo Yergin en el podcast Energy ‘s New Map del Fondo Monetario Internacional.
En la entrevista con Bruce Edwards, el ejecutivo de S&P Global reconoció que el petróleo y el gas mantiene un papel preponderante en la energía que se consume en el mundo, al alcanzar aproximadamente 80 por ciento del mercado, aunque admite que las energías renovables están creciendo.
“Los costos de la energía eólica y solar han bajado mucho. Ambas son tecnologías de hace 50 años, pero solo en los últimos 10 años se han vuelto competitivas. Los costos bajaron mucho. Y están creciendo y hay mucho apoyo del gobierno para ellos, hay mucho apoyo de los inversionistas para ellos… sus costos están subiendo un poco en este momento. Pero el mundo todavía funciona principalmente con hidrocarburos”, reconoció.
Para el especialista, la crisis energética no inició con la guerra entre Rusia y Ucrania, sino con la salida de la economía del Covid.
“Comenzó en la segunda mitad del año pasado cuando la economía global salió con tanta fuerza de Covid y de repente los mercados de energía que habían estado muy flojos se volvieron muy ajustados. Y los precios ya estaban subiendo antes de que esas tropas rusas cruzaran la frontera hacia Ucrania”, mencionó el experto.
El papel de Rusia
Para el directivo de S&P Global, Rusia ha sido durante varios años una superpotencia energética, influencia que le ha permitido al presidente de ese país, Vladimir Putin, contar con “cartas realmente altas” para perturbar la economía europea.
“Dentro de un par de años Rusia seguirá siendo un productor importante, pero creo que ya no será una superpotencia energética. Va a estar mucho más ligado a China y, en cierto sentido, dependerá de China, ya que es un mercado en crecimiento”, mencionó Yergin.
Sin embargo, considera el experto, Rusia no midió el impacto de sus acciones, mismos que han estado equivocados hasta el momento.
Entre las consecuencias que enfrenta Rusia fue que, si bien al inicio de la guerra con Ucrania los países se negaban a imponer sanciones al sector energético ruso, la opinión pública y las empresas empezaron a deslindarse y a rechazar los energéticos moscovitas.
“No queremos enviar dinero a Rusia que van a utilizar para promover su guerra en Ucrania. Y había trabajadores portuarios que no manejarían productos energéticos rusos, había inversores que presionaban a las empresas para que importaran. Y así, incluso antes de que existieran las sanciones, tenían las principales empresas occidentales, que habían sido muy importantes en el desarrollo de la energía rusa desde el final de la Unión Soviética…”, mencionó.
Además, Rusia no cuenta con la tecnología occidental que permite mejorar la explotación de los energéticos, lo que mermará su posición como una superpotencia energética, añadió Yergin.
Transición energética
Daniel Yergin considera que la transición energética será un tema muy complejo, debido a las grandes cantidades de material que requieren, tanto las instalaciones para la generación de energía como la electromovilidad.
“Bueno, creo que va a ser mucho más grande de lo que la gente cree. Tendemos a pensar en el viento y la energía solar y decimos, bueno, el viento es gratis y el sol es gratis, pero requieren enormes cantidades de materiales para fabricarlos. Y los coches eléctricos requieren de dos y media, tres veces más cobre, por ejemplo, que un coche convencional. Y empiezas a sumar y lo hemos estado haciendo, en este nuevo estudio que está saliendo sobre el cobre, y ves, empiezas simplemente haciendo los números, la aritmética, la demanda de minerales va a ser mucho mayor que la gente pensar.
“Y para abrir una nueva mina, la Agencia Internacional de Energía dice que se necesitan 16 años. Bueno, 16 años nos llevan al 2038 y tienes estas metas para el 2050. Así que dónde vas a conseguir los suministros Y creo que también surgirá una nueva geopolítica en torno a los minerales, como dónde están, qué países son”, comenta.
Asegura que habrá beneficios para los mercados emergentes, aunque estará en manos de los gobiernos decidir qué hacer con las inversiones y evitar la inversión centralizada para diversificar las economías.
En este sentido, abunda que la minería cobrará mucha importancia, aunque es una actividad intensiva del sector energético.
“Pasaremos de un mundo de lo que se llama gran petróleo a un mundo de grandes palas, mucha minería. Y creo que tengo que mirar muy de cerca cuáles son los requisitos físicos para lograr que dónde están y dónde se procesan los materiales y se complica. Y queda un poco atrapado en la nueva geopolítica de lo que la gente llama competencia entre grandes potencias”, dijo.
En la misma línea de ideas, mencionó que será necesario reequilibrar la economía, pues si bien el crecimiento de las energías renovables es “genial”, no van a representar la respuesta completa.
“El petróleo y el gas con reducción de carbono serán una parte muy importante de la combinación. Así que creo que la gente tiene que repensar el tiempo, tener una actitud más realista hacia el tiempo y luego ser equilibrado y estar atento al desarrollo. Las necesidades de desarrollo económico del 80 por ciento de las personas que viven en el mundo desarrollado”, concluyó.