Este año, los estímulos fiscales aplicados a los combustibles representarán una pérdida fiscal de 421 mil 600 millones de pesos, de acuerdo con el banco BBVA.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado en diversas ocasiones que los excedentes petroleros, provenientes de los altos precios de la Mezcla Mexicana de Exportación, permitirán compensar la pérdida recaudatoria por estos estímulos.
Sin embargo, la institución financiera, que retoma datos de la Secretaría de Hacienda, advirtió que los excedentes petroleros se ubicarán en un estimado de 368 mil 710 millones de pesos, lo que representa 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto, mismo que no será suficiente para compensar la pérdida recaudatoria por los descuentos fiscales aplicados a la gasolina.
“A pesar de lo anterior, el gobierno federal tiene la expectativa de que los ingresos públicos totales sean 313 mil 742 millones de pesos (1.1% del PIB) mayores a los del programa por el favorable desempeño también previsto para los ingresos no tributarios y los correspondientes a organismos y empresas distintas de Pemex”, detalla la división de Estudios Económicos del banco.
El gobierno federal enfrenta también un reto adicional que es cumplir con la meta de déficit público para este año, y para lograrlo, el gobierno planea gastar todo el excedente de ingresos públicos para este año.
En particular, el gobierno incrementará el gasto con respecto al programa en inversión financiera, pensiones y participaciones, costo financiero y otros gastos. La participación de cada uno de estos rubros con respecto al excedente total de gasto sería de 25.3 por ciento, 6.4 por ciento, 23.2 por ciento y 45.1 por ciento, respectivamente.
La mayor parte de las presiones al gasto público provienen de la inversión financiera y el costo financiero de la deuda pública, lo cual no resulta sorprendente ante la política del gobierno federal de continuar haciendo aportaciones patrimoniales a Pemex y los incrementos en las tasas de interés a nivel internacional, advierte la institución financiera.
“Si bien es conveniente (por los menores costos financieros) que el gobierno federal haga estas aportaciones para el pago de las amortizaciones de la deuda financiera de Pemex, esta estrategia podría ser más difícil de implementar en un escenario caracterizado por un menor crecimiento económico global, la persistencia de altos niveles de inflación y las consecuentes mayores presiones sobre el gasto social”, señala BBVA.