La calificadora de riesgos de inversión S&P Global previó que los apoyos por parte del soberano hacia Petróleos Mexicanos (Pemex) continuarán durante la próxima administración, independientemente de quien gane las elecciones, entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Esto, dijo, dominará la calificación que la firma otorgue a la empresa petrolera.
“Si bien el contorno de la política energética probablemente diferiría bajo la administración de Sheinbaum o Gálvez, no esperamos que el respaldo a Pemex (…) cambie, y suponemos que las calificaciones se mantendrán alineadas con las calificaciones del soberano”, expresó en un reporte emitido el lunes de esta semana.
Precisó que, en este escenario, si el apoyo extraordinario a Pemex se debilitara, por ejemplo, debido a que la clase política de México llegara a considerar a la empresa como de menor importancia económica nacional, la calificación podría cambiar.
Refirió que desde 2019, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha proporcionado alrededor de 869 mil millones de pesos (mmmdp (o unos 51 mil millones de dólares) a Pemex a través de diferentes mecanismos, que incluyen inyecciones de capital dirigidas específicamente al pago de la deuda y la gestión de pasivos, así como inversiones en la cadena de fertilizantes, el sistema nacional de refinería y la refinería Olmeca.
También recordó que el gobierno actual redujo la carga tributaria de Pemex al recortar el derecho por la utilidad compartida (DUC) a 30 por ciento de 65 puntos durante el período 2019-2024.
“Aunque la empresa aún tiene otros impuestos y derechos que cubrir, la reducción del DUC le permite liberar algunos recursos para invertir en la cadena de valor de los hidrocarburos. En 2023, los impuestos y aranceles representaron solo 9.3 por ciento de los ingresos totales de Pemex (incorporando un crédito fiscal del 100 por ciento para el DUC desde octubre de 2023 hasta enero de 2024), en comparación con 54 por ciento en 2013”, detalló.
(Fuente: S&P Global)
Pemex seguirá siendo un desafío fiscal
La calificadora consideró que Pemex se mantendrá como uno de los varios desafíos fiscales que afrontará el próximo gobierno.
“La relación de México con el gigante petrolero de propiedad federal Petróleos Mexicanos (Pemex) seguirá siendo un desafío fiscal para la próxima administración presidencial del país. En las elecciones nacionales de junio se incluyen las votaciones por la presidencia y ambas cámaras del Congreso, y el rumbo de la política fiscal del nuevo gobierno será clave para la calidad crediticia soberana”, expuso.
Destacó como elemento importante la composición de las dos Cámaras para la próxima Legislatura que determinará el margen con el que cualquiera de las dos principales candidatas podrá promover iniciativas de políticas públicas.
En este sentido, S&P Global refirió que Xóchitl Gálvez Ruiz, aspirante por la coalición opositora “Fuera y Corazón por México”, y Claudia Sheinbaum Pardo, abanderada por la coalición oficialista “Sigamos Haciendo Historia”, han prometido mejorar la calidad de vida de los mexicanos, pero con diferentes enfoques en las políticas.
En este contexto, la calificadora consideró que Pemex continúa siendo un desafío fiscal.
“Dado el débil estado de las finanzas de Pemex y nuestra expectativa de que cualquiera que sea el próximo gobierno continuará respaldando el pago de su deuda, persiste la posibilidad de que haya presión sobre la calificación soberana. Y nuestra calificación de Pemex sigue dependiendo de la calificación soberana”, adelantó.
En la misma línea, la firma detalló:
“La forma en que el próximo gobierno aborde la trayectoria fiscal general de México, en que decida el apoyo a Pemex, en que aborde la política en el sector energético y organice la gestión de Pemex probablemente afectará nuestras calificaciones tanto del país como de la empresa petrolera”.
Preferencias políticas, el determinante
En el entorno electoral que México vive en este año, las preferencias políticas de la próxima presidenta será determinante de la política presupuestaria que tenga el país a partir de 2025, aun cuando S&P Global prevé que habrá un regreso “a una senda de menores déficits fiscales”.
Este año, precisamente por el año electoral, hubo un aumento en el déficit y la deuda del gobierno asociados al gasto gubernamental pre-electoral.
“Los lineamientos preliminares del presupuesto del gobierno para 2025 suponen un ajuste el próximo año. Sin embargo, dicho ajuste no es vinculante. La propuesta presupuestaria para 2025 dependerá realmente de las preferencias políticas de la administración de la próxima presidenta, que asumirá el cargo en octubre”, planteó.