Cada seis meses, con información aportada por el distribuidor CFE Distribución, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) reporta la cantidad de contratos y la capacidad instalada de generación distribuida (techos solares, para los ajenos al sector). El reporte incluye capacidad instalada en el último semestre, la capacidad acumulada desde 2007, la capacidad acumulada por entidades federativas y también por tecnologías y por modelos administrativos (net metering previo a la reforma, net metering posterior, net billing y venta total).
Esta estadística es una fuente importante de información.
Hay dos yerros que tienen estos reportes. Los suministradores o el distribuidor suelen no hacer correctamente el registro de todos los contratos y, al final del día, esto impacta de dos formas: primero, meses después se debió corregir el dato del semestre o año anterior, lo que significó incrementar el registro de capacidad instalada en más de 100 megawatts (MW). Por ejemplo, en el informe del segundo semestre de 2019, publicado en junio de 2020, la CRE reportó 282 MW instalados durante todo ese año. Pero en el informe correspondiente al ejercicio siguiente, la CRE corrigió a 390 MW instalados igualmente para 2019. No se han dado cambios en el último año, pero no sabemos si la falta de estos cambios fue porque se corrigió el error o simplemente se decidió no modificar lo anterior e incluir los contratos anteriores no registrados como si fueran nuevos. El otro dato falso es que los reportes hablan de 35.19 MW en 3,168 contratos de net billing y 2.94 MW en 454 contratos de venta total de energía. Todo esto en generación distribuida.
Lo anterior significaría que en net billing los proyectos son de 11 kilowatts en promedio y los de venta total de energía serían de 6.4 kilowatts. Esto no es lógico, pues los medidores que se requieren para estos proyectos cuestan unos mil quinientos dólares, de manera que, con centrales eléctricas de ese tamaño, no se recuperaría el costo de los medidores. Entonces, parece que en realidad alguien está registrando proyectos de net metering como si fueran net billing o venta total.
“El problema es que esto habla de algún desorden administrativo que limita la calidad de la información disponible…”
El problema es que esto habla de algún desorden administrativo que limita la calidad de la información disponible, así que no se conocer bien la evolución de este mercado que es básicamente de paneles solares. Por ejemplo, no tenemos certeza de la cantidad de energía que se está generando con paneles solares y, por tanto, de su impacto en el Sistema Eléctrico Nacional.
Pero hagamos un cálculo al respecto y veamos por qué es importante tener registros confiables.
La capacidad instalada llegó en la primera mitad del año a 2,300 MW. Al ritmo de crecimiento actual –ligeramente mayor a los 500 MW–, la capacidad superará los 2,500 MW este año y en 2024 pasará de los 3,600 MW.
Supongamos que todas las instalaciones de generación distribuida están razonablemente bien hechas y generan un promedio de 4 watts-hora diarios por cada watt instalado.
Eso significaría que el total de instalaciones en el país generaría unos 3.65 terawatts por hora (TWh) este año para llegar a 5.25 TWh en 2024. Cada año se agregarían unos 500 MW promedio, lo que generaría unos 730 gigawatts por hora (GWh) anuales extra. Una diferencia de 100 MW en generación distribuida significaría 146 GWh que no se registran.
Si consideramos que la demanda eléctrica crece entre 3 y 4 por ciento anual, la generación distribuida crece a un ritmo más acelerado (proporcionalmente) que la demanda eléctrica, pero tampoco es suficiente para cubrir el incremento de la demanda. Sin embargo, no necesariamente tenemos datos confiables.
Entonces, la generación distribuida podría ser un paliativo a la falta de desarrollo de las centrales eléctricas de gran escala, pero es insuficiente. Si acaso la SENER obedeciera el artículo 11, fracción XVIII, de la Ley de la Industria Eléctrica y no solo presumiera en los informes la generación distribuida como propia, otro gallo cantaría. Pero para eso, también necesitamos información confiable.
Todo esto estaría mejor si la CRE hubiera obligado al distribuidor a desarrollar la plataforma electrónica para el proceso de registro de contratos, como se planeaba desde 2017. Pero bueno, la CRE está más ocupada en ver cómo frena la inversión que en tener un sistema eléctrico confiable y desarrollar la regulación para ello.
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