-Entendiendo las consecuencias-
Lo prometido es deuda y aquí traigo la segunda entrega de la serie sobre gestión de riesgos, asíque recordando al héroe griego: “Aquiles Boy”.
Uno de los elementos más importantes para gestionar un riesgo es cómo se percibe. Que a uno se le ponche un neumático a 20 km/h en el coche familiar no es muy peligroso, pero si pasa a 250 km/h en un coche de carreras, las cosas salen muy mal. Las consecuencias van de “leves” en el primer caso hasta “catastróficas” en el segundo, aunque el riesgo es el mismo.
Lo más importante en términos de percepción es, primero, entender el entorno que el riesgo afectará y, después, entender y evaluar la severidad del impacto que tendrá cuando se manifieste. Ojo: no olvide que la teoría es que “no debería suceder nada”, pero siento desilusionarlo… si se identifica que es probable que algo suceda –sobre todo si hay evidencia previa–, sucederá tarde o temprano y, por lo tanto, es mejor prepararse. Cuando se trata de evaluar riesgos, el “si sucede” no existe y es mejor usar el “cuando suceda”.
Lo anterior sirve para identificar los potenciales riesgos y evaluar el impacto sobre un entorno determinado, establecer las medidas de mitigación necesarias para cuando el riesgo se manifieste y definir los recursos necesarios para su implementación (esto se llama igualmente “procesar” el riesgo). También facilita asignar responsabilidades en cuanto al control, la supervisión y el monitoreo de la efectividad de las medidas de mitigación y, finalmente, establecer las medidas de control del “riesgo residual” (es decir, la gestión de “lo que sobra” de un riesgo una vez que las medidas de mitigación se han aplicado luego de la evaluación de este, por ejemplo, usar casco en una obra en construcción).
¿Cómo la percepción de un riesgo es determinante en su gestión? Un ejemplo relativamente simple y muy de moda: Piense en un sistema eléctrico y en cada uno de sus componentes: toda la infraestructura para generación, transmisióny distribución.
Ahora piense en todo lo que hay que hacer para asegurarse de que, cuando se van a hacer cambios en la forma de operarlo, no se están tomando en cuenta cosas tan importantes como los costos de desarrollar la infraestructura que hará falta para aumentar su capacidad, incluyendo los de la infraestructura que habrá que deshabilitar para hacerlo más eficiente y más barato de operar. Además, no se está teniendo en cuenta que los cambios deben hacerse conforme a una regulación y una serie de normas, procesos y procedimientos muy específicos para evitar el desorden que resultará en más fallos, más costos y más contaminación –adivinó usted–, tampoco se están considerando ni el impacto ambiental, ni el impacto social que resultarán de los cambios.
“Piense en la enorme cantidad de cosas que pueden salir mal si el sistema no se opera correctamente, no se mantiene correctamente y no se adapta correctamente a las condiciones de demanda que cada vez son mayores”.
Piense también en el tremendo impacto que la insuficiencia o la falla reiterada de ese sistema puede tener sobre la sociedad entera –individuos, ciudades y el país– si ese sistema no se mantiene operando en su punto óptimo: escuelas, casas, hospitales, supermercados, industria, servicios de emergencia, cadenas de suministro… todo puede irse al garete en menos de lo que me tardo en escribirlo. Piense en la enorme cantidad de cosas que pueden salir mal si el sistema no se opera correctamente, no se mantiene correctamente y no se adapta correctamente a las condiciones de demanda que cada vez son mayores.
Y finalmente, piense en que una sola entidad quiera asumir todo ese riesgo ella sola sin tener presupuesto, ni planeación, ni recursos. Y no solo eso: quiere ser la única que tenga autoridad para gestionar el riesgo, a costa de lo que sea. Esto habla de una percepción del riesgo que es, por lo menos, muy pobre.
No sé cómo lo vea usted, pero a mí el asunto me parece un error de gestión que, de cometerse, podría tener consecuencias severísimas en términos de costos, medio ambiente, infraestructura, inversiones, salud y la calidad de vida de muchísima gente.
Desde luego que continuará.