El conflicto de Rusia y Ucrania le dio al petróleo el empujoncito que necesitaba para pasar la barrera de los 100 dólares por barril, lo que arrastra a todas las referencias, ya que la Mezcla Mexicana de Exportación cerró en 90 dólares por barril el jueves pasado; y si bien hay quien hasta lo presume en Twitter, pareciera que no todo son buenas noticias.
Dicen algunas voces que en la Secretaría de Hacienda están preocupados por el efecto que esto tendrá en las finanzas públicas por el compromiso que hiciera el Presidente de que los precios de la gasolina no subirían más allá de la inflación. El estímulo al IEPS ya tocó techo y hay pocas opciones: subsidiar el consumo con otras medias, trasladar el estímulo al ISR o IVA o dejar libre el precio.
Mientras el precio ha retrocedido un poco derivado de los efectos que las sanciones pudieran tener en la Federación Rusa, hay quienes ya han sugerido que el gobierno acelere la implementación de las Gasolineras del Bienestar, como si se hubieran olvidado del fracaso que ha sido Gas Bienestar que hasta una inyección de capital requirió y fue aprobada por el Consejo de Administración de Pemex porque no alcanza a cubrir sus costos.
Caja negra
En la CRE autorizaron un proyecto de generación de electricidad al Gobierno de la Ciudad de México, pero en la dependencia no supieron precisar qué proyecto es, su inversión o el resto de las características.
Al mismo tiempo negaron modificaciones y permisos a otros proyectos. Si bien es cierto que el doble rasero de la CRE ya no sorprende y que la entrega de permisos se otorga ahora por filiación política, el tema es relevante porque la CDMX tiene varios proyectos de generación de energía en puerta, entre los que destacan uno de biogás y el techo solar de la Central de Abastos de Iztapalapa, ambos proyectos impulsados por la jefa de Gobierno.
El verdadero problema es que las sesiones en vivo de la CRE, a las que todos los ciudadanos tenemos acceso, dejaron de precisar los proyectos y el desconocimiento de los encargados de comunicar estos temas solo agrava el problema. Se han convertido en un verdadero espectáculo de donde solamente se leen los asuntos y se levantan las manos.
A tal grado se ha llegado que para evitarse el voto razonado por negar los permisos, mejor se ha optado por enviar las resoluciones en sentido negativo, así todos están a favor de negar sin tener que explicar el porqué.
CFE, ¿pozo sin fondo?
La empresa perdió en 2021 más de 95 mil mdp, 10 mil millones más que el año previo. La empresa le echa la culpa al incremento de precios del gas natural, que subió al doble por el vórtice polar del año pasado. Lo que no nos cuenta la empresa es que los altos precios por el fenómeno climático duró tan solo un par de días, dejando de lado que se incrementó 20% los costos en general de la empresa en relación con el año pasado.
La CFE sumó un millón de usuarios el año pasado, pero ni así le alcanzó para regresar a la senda del crecimiento, que se esfumó desde la llegada de la 4T. Parece, sin embargo, que no hay dinero que alcance para cubrir los compromisos laborales, el pasivo financiero y los altos costos operativos.
Todo esto, claro, mientras se discute la Reforma Eléctrica. ¿Podrán ponerse de acuerdo los legisladores en cuál es la mejor opción para resolver este pozo sin fondo?