México es el cuarto país a nivel mundial con más manglares, solo después de Australia, Brasil e Indonesia, al concentrar aproximadamente seis por ciento de la superficie total de este ecosistema, de acuerdo con datos de la UNESCO, pero el país no se ha sumado a la iniciativa de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas, un programa enfocado a proteger estos ecosistemas en el decenio 2019-2030, al no registrar las acciones que realiza para sumar manglares al inventario forestal del país.
La construcción de la Refinería Olmeca, uno de los proyectos insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador, significó la desaparición de 300 hectáreas de manglares en la zona de Dos Bocas, en Tabasco.
De acuerdo con el Centro Mexicano del Derecho Ambiental (Cemda) los ecosistemas de manglar permiten capturar carbono a una tasa anual de dos a cuatro veces mayor que la de los bosques tropicales maduros.
Este 26 de julio se conmemora el Día Mundial de la Defensa del Ecosistema Manglar, de acuerdo con el calendario de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
El Cemda detalla que estos ecosistemas, sumados a los pastos marinos y marismas permiten capturar el CO2 equivalente a casi la mitad de las emisiones generadas por el transporte a escala global, pese a que solo cubren 0.5 por ciento de la superficie marina mundial.
El Cemda advierte que lejos de crecer, la deforestación de este tipo de ecosistemas incrementa entre tres y 19 por ciento las emisiones anuales de CO2.
En este sentido, el organismo señala que los manglares han perdido 10 por ciento de su extensión territorial en el país en los últimos 25 años, con corte a 2018.
En el país existen 89 humedales costeros que cubren 6.6 millones de hectáreas y son reconocidos por su importancia a nivel internacional.
La propia Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas señala que estos ecosistemas tienen un gran valor para los seres humanos, al prevenir la erosión, generar hábitats para especies pesqueras, apoyan en la purificación del agua, generan madera y promueven el ecoturismo.
“Sin embargo, estos ecosistemas son de los más amenazados en el mundo por la modificación de la hidrología y deforestación, ocasionados principalmente por la urbanización, agricultura, acuacultura y desarrollo costero. El cambio climático es una de las principales amenazas para los humedales costeros”, señala el organismo.
Incluso, el organismo advierte que México pertenece a los 10 países en el mundo con mayores problemas de deforestación, pues cada año se pierden 10 mil hectáreas.
Pese a ello, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente, autorizó a Petróleos Mexicanos la construcción de la refinería Olmeca, un proyecto que costó 300 hectáreas de manglar al país.
Naciones Unidas señala que cada hectárea de bosque de manglar representa un valor estimado de entre 33 mil y 57 mil dólares por año, por lo que la refinería significó un costo de hasta 17.1 millones de dólares cada año.
La ONU también señala que proteger a los manglares resulta mil veces menos costoso por kilómetro que construir diques de contención.
La ONU resalta que es necesario comprender la causa de la degradación de los bosques y que es preferible eliminar conductas dañinas que iniciar procesos de reforestación.
“Antes de plantar nuevos manglares, es importante comprender la causa de la degradación o desaparición de los bosques. Cuando el motivo de la afectación puede eliminarse, como es el caso de la contaminación y la sobreexplotación, los manglares pueden recuperarse de forma natural. Cuando la recuperación requiere la intervención humana, es importante seguir pasos clave, como involucrar a las comunidades locales, seleccionar plántulas nativas y establecer un vivero en funcionamiento”, detalla el organismo internacional.