Recientemente se realizó la denominada “COP28” en los Emiratos Árabes Unidos con la asistencia de más de doscientos países que renovaron el convenio firmado en París en el año 2015 para seguir promoviendo y tomando acciones específicas en la búsqueda de reducir la temperatura del planeta al menos un grado centígrado para el año 2050. Objetivo que esperan lograr con la eliminación continua de la emisión de gases como el metano y el CO2, cuyo impacto en el cambio climático es notable y que en su mayoría son productos colaterales asociados a la producción de petróleo y gas.
De este evento llaman la atención varías cosas, entre ellas que el lugar donde se realizó es el área que lidera la producción mundial de energía fósil, si se consideran los Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Irán e Irak, todos miembros de la OPEP, y que aportan alrededor del 30% de la producción mundial u oferta de hidrocarburos. El compromiso hecho por ellos para reducir su oferta de producción en el tiempo, buscando la máxima colaboración con el objetivo del COP y el impacto que esto puede tener en los precios en la medida que la economía mundial sigue su crecimiento sin la adecuada compensación en la oferta de energías, se convierte en un interesante dilema que ya estamos viviendo.
Uno de los factores preponderantes en este dilema lo constituye el continuo crecimiento de la producción de hidrocarburos provenientes de las lutitas –especialmente el gas–, también denominado “no convencionales”, que se encuentran en varios países. Las lutitas consideradas roca madre, o fuente, contienen volúmenes de gas y petróleo que se puede extraer eficientemente perforando pozos horizontales y aplicando técnicas de fracturamiento hidráulico para crear los canales necesarios que faciliten el flujo de los hidrocarburos contenidos en esas redes impenetrables de roca, de muy baja permeabilidad (capacidad de flujo o movimiento del fluido).
La producción de gas natural a gran escala a partir de lutitas comenzó alrededor del año 2000, cuando la producción de gas se convirtió en una realidad comercial en el conocido Barnett Shale, ubicado en el centro-norte de Texas. No obstante, la producción de gas natural en Barnett Shale fue iniciada por Mitchell Energy and Development Corporation desde la década de 1990. En el año 2000, la empresa ya había probado lo suficiente y había desarrollado la perforación de pozos horizontales y la técnica de fracturamiento hidráulico para asegurar la producción de volúmenes comerciales de gas. A medida que el éxito comercial de Barnett Shale se hizo evidente, otras empresas comenzaron a perforar pozos en esta formación y, en 2005, Barnett Shale producía casi un billón de pies cúbicos (TCF) de gas natural por año.
Las estimaciones de la cantidad de recursos prospectivos existentes a nivel mundial, en formaciones de lutitas, cambian a medida que se realizan nuevas exploraciones y se desarrollan tecnologías para acceder a estos recursos, pero la más reciente información de la Agencia Internacional de la Energía, EIA, menciona a China (1100 MMMbls), Argentina (640), Estados Unidos (552) y México (542) como los países con más estimados de recursos de este tipo. Estados Unidos ha sido uno de los líderes en la explotación de lutitas, particularmente en áreas como la Cuenca Pérmica en Texas y la Formación Bakken en Dakota del Norte.
Argentina también posee recursos de lutitas significativos, especialmente en la formación Vaca Muerta, que se considera una de las reservas de lutitas más grandes del mundo. La formación Vaca Muerta podría producir más de 1 millón de barriles por día de hidrocarburos para el 2030.
Canadá también tiene recursos considerables en sus formaciones de lutitas, como Montney y Duvernay en Alberta. Aunque la producción canadiense de gas natural convencional ha ido disminuyendo, la producción de líquidos de gas natural no convencional en la formación Montney ha ido aumentando, impulsada por las actividades de perforación relacionadas con proyectos de exportación de gas natural licuado (GNL).
México tiene un excelente potencial para desarrollar sus recursos de gas de lutitas, pues cuenta con suficientes recursos prospectivos y reservas de gas, principalmente en la cuenca de Burgos, una extensión geológica de la formación Eagle Ford en el lado estadounidense de la frontera. México con su extraordinaria base de recursos de gas provenientes de lutitas, podría sustentar mayores niveles de reservas y producción de gas natural. México ya ha tenido experiencias en la exploración y producción de gas de lutitas. Pemex produjo su primer gas de estas formaciones a principios de 2011 en un pozo exploratorio en el norte de México.
“México tiene un excelente potencial para desarrollar sus recursos de gas de lutitas”.
Sin embargo, el verdadero potencial que el país tiene con este recurso aún no se desarrolla, esperando la anuencia del gobierno federal, aunque no existe ninguna normativa que limite su desarrollo y tampoco una explicación técnica posible, a pesar de la experiencia de Pemex y el de otras empresas operadoras que se encuentran en México, dispuestas a participar bajo cualquier modalidad contractual para apoyar esta explotación.
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