Hace poco más de 10 años, durante una cena de negocios, el empresario Alejandro Agag y el ex presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Jean Todt, platicaron por primera vez sobre la posibilidad de crear un serial de competencia automotriz que tuviera como fortaleza principal la electromovilidad.
En una servilleta, ambos bosquejaron las acciones que tendrían que concretarse para su creación, mismas que se alinearon en 2014, cuando dio finalmente inicio, en los campos del Parque Olímpico de Pekín, China, la primera carrera de la Fórmula E (FE), con una parrilla completa de monoplazas completamente eléctricas.
Han pasado ya varios años desde este hecho, mismos que le han servido a la categoría no solo para crecer, sino también para evolucionar. Hoy, por ejemplo, ya es considerada un campeonato mundial, además de contar con pilotos de talla mundial como Antonio Giovinazzi o Pascal Wehrlein.
Pero el legado de la FE no solo se quedó en el terreno deportivo, sino que incursionó en el campo de la innovación. Esto debido a que buena parte del desarrollo tecnológico que el serial ha tenido para sus motores saltó a la vida diaria, en la búsqueda de alternativas favorables al medio ambiente.
Y es que la innovación que se ha desarrollado en los motores, mismos que tienen la capacidad de alcanzar una velocidad máxima de hasta 280 kilómetros por hora, se ha convertido en un eje para el desarrollo que las grandes compañías automotrices están implementando.
México ha sido también testigo de esta evolución, siendo cada vez más una prioridad para todos el acercarnos como país a nuevas alternativas de vehículos eléctricos.
“…en 2019, apenas un 0.28% de los automóviles que se comercializaron en el país fueron eléctricos…”
El camino por recorrer aún es largo. Por ejemplo, en 2019, apenas un 0.28% de los automóviles que se comercializaron en el país fueron eléctricos, cifra pequeña a pesar del gran avance tecnológico que ya se tiene en términos de movilidad eléctrica en el mundo.
Pero la baja penetración de vehículos no es únicamente responsabilidad de las compañías que los desarrollan, sino de una serie de factores en los que se tiene que avanzar y que están en manos de cualquier cantidad de actores, desde los ciudadanos de a pie hasta las empresas o gobiernos.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que forma parte de la Alianza por la Electromovilidad en México, en la que también participan otros organismos como la Secretaría de Energía (Sener) o la International Cooper Association México, advierte en particular que son cuatro los puntos que se tienen que dar para lograr avances en electromovilidad.
Por un lado, explica que es básico el establecimiento de un marco legal holístico que empuje el crecimiento de este mercado, mismo que debe de ir acompañado, en una segunda instancia, por una serie de incentivos fiscales – y de otra índole- que refuercen el avance.
En tercer lugar está el desarrollo de toda la infraestructura necesaria para proveer de energía a los vehículos eléctricos, un aspecto en el cual aún se ha avanzado poco. A finales de 2018, apenas se contabilizaban en México 2,017 puntos de recarga públicos para automóviles, un número pequeño si se compara con el tamaño del país.
Finalmente, se destaca la importancia de la educación del consumidor con el objetivo de que pueda entender lo que ofrecen los nuevos motores eléctricos, por ejemplo, la ausencia de emisión de gases a la atmósfera, su funcionamiento silencioso, la posibilidad de recargarlo en cualquier toma de corriente, pero, sobre todo, la posibilidad de recargarlo con energías renovables.
En Enel buscamos democratizar la electromovilidad a nivel mundial para generar diversos beneficios para los usuarios, el medio ambiente, las personas, las empresas asociadas y los sectores aledaños.
Tenemos muchos casos de éxito en América Latina, en donde no solo impulsamos la electromovilidad con infraestructura para autos eléctricos, sino, además, “electrificamos” todo el transporte público, tal es el caso de la Ciudad de Santiago, en Chile.
México tiene un gran potencial para poder impulsar la electromovilidad en el país y en Enel estamos comprometidos con promover activamente la movilidad eléctrica, además de aportar en la búsqueda de soluciones de energía que ayuden a acelerar el camino a la transición eléctrica limpia, reducir la contaminación del aire y promover la lucha contra el cambio climático en todo el mundo.
*/ Ricardo Whaley es responsable de la comercialización del Grupo Enel en México al crear la cartera de adquisición de energía y promover la venta de energía de corto y largo plazo.
Cuenta con 17 años de trayectoria profesional, siete de ellos en Enel, donde se ha desempeñado en diversos roles estratégicos. Se incorporó al Grupo en 2014 como Energy Manager para negociar contratos de autoabastecimiento de energía para nuevos proyectos y plantas en operación. Dos años después, asumió la responsabilidad de la comercialización en México, enfocándose en la implementación y supervisión de la operación en el Mercado Eléctrico Mayorista. También se encarga de la estrategia de Creación de Leads y Marketing para la Suministradora de Suministro Calificado, Enel Energía México.
Antes de su llegada a Enel, trabajó para EDF Renewables North America, siendo Director Comercial. También lideró uno de los primeros proyectos eólicos del país. Posee la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene estudios en Electrónica y Telecomunicaciones por la misma institución.
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