El reto de la nueva filial de Petróleos Mexicanos (Pemex) que comercializará petrolíferos será demostrar que su creación no responde a la opacidad y que se conducirá bajo las mejores prácticas en materia de transparencia y rendición de cuentas, dijo este jueves el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El pasado 29 de noviembre, Pemex anunció que creará una nueva empresa filial encargada de comercializar gasolinas, diesel, combustóleo, gas y petroquímicos en el país.
Lo anterior, justificó la petrolera, con el objetivo de fortalecer e incrementar la participación de Pemex en el mercado nacional.
“La creación de esta empresa filial abre un margen para la discrecionalidad y la opacidad pues las empresas filiales, a diferencia de las empresas subsidiarias, no están sujetas a las obligaciones de transparencia de las empresas productivas del Estado de acuerdo con el artículo 61 de la Ley de Petróleos Mexicanos”, explicó el Instituto en un comunicado de prensa.
De acuerdo con el organismo no gubernamental, las empresas filiales no son un problema en sí mismas, pues el espíritu de su diseño fue permitir a las empresas del Estado incursionar en ciertas actividades que no son centrales en su modelo de negocio, pero que pueden representar negocios atractivos con la posibilidad de hacer alianzas, o joint ventures, con empresas privadas.
Sin embargo, aclaró, sus estados financieros no tienen la obligación de ser públicos ni tienen tampoco las mismas obligaciones en materia de adquisiciones, arrendamientos, obras y servicios.
“Es decir, la transparencia es mucho más reducida. Ese es el problema de las filiales cuando se les da un uso para la opacidad”, dijo para Energía a Debate el coordinador de Energía del IMCO, Óscar Ocampo.
De la misma manera, el Instituto destacó que la nueva filial deberá operar bajo condiciones de mercado, respetando la regulación asimétrica a la que está sujeta Pemex en el mercado de gasolinas, referida a la prohibición de ventas atadas y contratos exclusivos, obligación de reportar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) su esquema de costos, entre otras, para dar cumplimiento a las disposiciones establecidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Derivado de todo lo anterior, el Instituto consideró que una buena práctica sería que la nueva empresa publique de manera proactiva sus hojas de balance y sus estados financieros, como parcialmente lo hicieron CFEnergía y CFE Internacional durante 2017 y 2018, aunque no tenga la obligación legal de hacerlo.
También consideró conveniente que implemente prácticas que garanticen una mayor rendición de cuentas a la ciudadanía. “De otra forma no será posible evaluar los resultados de este ajuste en la estructura de Pemex en la rentabilidad de la empresa productiva del Estado”.
¿NECESITAMOS UNA NUEVA FILIAL?
A pregunta expresa, Óscar Ocampo reviró: “La pregunta es si Pemex necesita esta filial cuando ya existe un área que ya lo hace, que es Pemex Transformación Industrial (PTRI)” y respondió “No queda claro cuál es el objetivo de esto”.
Sobre esta línea, el IMCO también afirmó que la nueva empresa concentrará algunas de las actividades que actualmente son responsabilidad de PTRI, una empresa productiva subsidiaria, cuyo marco legal en materia de transparencia la obliga a reportar sus hojas de balance y sus estados financieros en la Cuenta Pública, así como a licitar sus contratos de adquisiciones de bienes y servicios.
“¿Por qué no pueden hacer esto en PTRI, por qué no puede hacer esto Pemex Logística? Esa respuesta queda en el aire, no queda claro cuál es la necesidad de Pemex”, concluyó Ocampo.