Este miércoles ocho organizaciones de la sociedad civil, agrupadas por el Grupo Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), presentaron el programa México Resiliente. Plan de Descarbonización y Resiliencia al clima 2024-2030, que tiene el objetivo de generar una agenda que permita acelerar la reducción en el uso de hidrocarburos en la matriz energética del país.
Mónica Tapia, de Ruta Cívica, consideró que es necesario empezar a trabajar desde este momento porque en 2024 habrá decisiones importantes para los liderazgos en el país y se deben comprometer con las acciones climáticas.
El objetivo, mencionó la especialista, es dejar un legado a las nuevas generaciones.
En su intervención Katya Puga, consultora en Sustentabilidad, Derechos Humanos, Participación Ciudadana y Evaluación del Impacto, aseguró que el plan busca que las agendas de descarbonización se sincronicen para crear una ruta de cara a 2030.
Jorge Villarreal, de Iniciativa Climática de México (ICM), aseguró que es urgente trazar la ruta, porque la ciencia tiene un reporte que señala con absoluta claridad, con una alarma, que estamos en el nivel de urgencia en donde no podemos sobrepasar más el tiempo de actuar el día de hoy.
México tiene que reducir las emisiones a la mitad de dióxido de carbono en 2030 y ser cercanas a cero en 2050.
En este mismo sentido, Karla Cedano, presidenta de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), indicó que México es un país de hidrocarburos, pero “el peor uso es quemarlo”.
“Debemos de pensar en cómo gestionarlos y encontrar alternativas. Una transición energética debe ser incluyente, diversa y con perspectiva de género”, dijo.
El plan fue presentado en una sesión virtual, donde la ambientalista Sandra Guzmán coincidió en que el objetivo es generar un diálogo en diferentes niveles, para trabajar temas transversales que atraviesan al cambio climático.
Además, Gloria Marina, economista en temas ambientales y de sustentabilidad, precisó que el objetivo central es transitar de la economía lineal a una economía circular, que ponga en el centro el preservar la vida, con una transición justa.
Finalmente, Anaid Velasco, representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), mencionó que en este asunto “el agua en todas sus manifestaciones es un elemento fundamental y transversal en este Plan que queremos llevar adelante”.