La ampliación de la capacidad instalada de la central nucleoeléctrica de Lagua Verde (CNLV), más la instalación de algunas centrales modulares en distintas partes del país, ayudarían a exportar más energía, a la vez que contribuiría a que México cumpliera con sus compromisos ambientales, estimó Carlos Villanueva Moreno, experto en energía eléctrica.
“Una medida muy importante que podría hacer más por la integración energética sería impulsar proyectos de centrales nucleoeléctricas. Tendrían más posibilidad de exportar energía, sobre todo si son reactores pequeños de poca capacidad”, consideró.
En entrevista con Energía a Debate para conversar sobre la integración energética de México con las regiones de América del Norte y Centroamérica, el también ex director general adjunto de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) recordó que Laguna Verde, ubicada en el estado de Veracruz, recibió recientemente la autorización para operar 30 años más.
De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), esta central, la única que tiene México, posee una capacidad instalada de 1 mil 608 megawatts (MW) en dos unidades de reactores, que generan en conjunto 10 mil 539 gigawatts por hora (GWh), según datos a 2022.
Diversas administraciones federales han asegurado que la central tiene capacidad para agregar otras dos unidades con aproximadamente el mismo volumen.
Al inicio de la actual administración también se consideró esta posibilidad o, en su caso, la construcción de otras centrales más pequeñas. En 2021, la entonces titular de la Sener, Rocío Nahle García, dijo en el Senado de la República que este gobierno tenía proyectada la ampliación de la CNLV por una capacidad similar a la actual, o la construcción de una mini-central en el estado de Sonora.
Sin embargo, el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2023-2037, aún vigente, ya no incluye ampliaciones de la capacidad nuclear nacional.
En opinión del maestro Villanueva Moreno, con una larga carrera como profesor investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al menos otras cuatro centrales de unos 300 MW de capacidad podrían instalarse en puntos estratégicos del país.
Estos sitios serían las dos penínsulas. La de Baja California por no estar interconectada al Sistema Interconectado Nacional (SIN) y en la de Yucatán por la falta de combustible y centrales de generación.
Otras dos podrían quedar en los estados de Zacatecas y de San Luis Potosí que permitirían la conexión con el norte y sur del país.
La ampliación de la capacidad nucleoeléctrica del país, además, ayudaría a reducir la dependencia de las importaciones de gas natural de Estados Unidos y avanzar en las metas ambientales nacionales.
Líneas de transmisión, principal obstáculo
“Necesitamos más esfuerzos del gobierno federal. Creo que el obstáculo es la transmisión, no tanto la generación”, dijo Villanueva Moreno quien recordó que el Estado, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ostenta el monopolio en las líneas de transmisión y de distribución.
Aunado a ello, subrayó que la inversión por kilómetro de redes de transmisión y por megawatt instalado es más barata quela de la generación.
“Es más productivo el megawatt en transmisión que en generación”, subrayó.
Igualmente apuntó en el sentido de la necesidad de modernizar las redes actuales.
“Hay lo que se conoce como las redes inteligentes. Mejorar el flujo de la energía. Es complejo desde el punto de vista técnico, ya que se necesita instalar otros equipos”, añadió.
A detalle explicó para este medio que es necesario aumentar el número de puntos de interconexión con Estados Unidos, sobre todo con Texas, aunque en esta parte resulta complicado, toda vez que el sistema eléctrico en esa entidad está aislado del resto de la Unión americana.
“Los texanos no están interconectados con el resto de Estados Unidos. Se requieren líneas de corriente directa (DC), pero a Texas no le gusta interconectarse con sus vecinos”, refirió.
También explicó que la interconexión con Texas resulta muy cara para ambos lados, ya que las líneas de DC tienen costos más altos.
Del lado de la Costa occidental, con California, por el contrario, hay una larga tradición de interconexión de electricidad y gas.
En específico, el maestro Villanueva dijo que los proyectos de energías renovables que se desarrollan en la actual administración en el estado de Sonora son positivos, pero persiste el problema de las redes de transmisión.
“Se están construyendo la línea de 200 km más o menos, pero solo será para transmitir de la central, pero no es la línea que se requiere para llevar toda la energía. Es una línea diferente, pero no resuelve el problema de la integración”, advirtió.
En la frontera sur, el especialista expuso que la línea de Guatemala a Panamá, conocida como Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), diseñado desde 1997, continúa funcionando.
México tiene una interconexión entre Tapachula, Chiapas, con Los Diamantes, Guatemala, pero con un breve intercambio de energía.
En Yucatán –comentó Villanueva– es difícil que haya excedentes de energía para exportar.