Los cambios drásticos en el clima mundial han sido un detonante para el despliegue de las energías renovables. La introducción de estas fuentes limpias, descarbonizadas, asequibles e inagotables en las grandes urbes ha comenzado a darle un segundo aire al planeta.
El mundo requiere de energía para moverse. Dado que es un elemento esencial para nuestro desarrollo, las empresas cada vez están optando por adaptar a las renovables y la electrificación de los sistemas en sus operaciones y, así, ofrecerles a sus consumidores alternativas de convertir sus actividades en acciones que promuevan el combate al cambio climático y formen las ciudades sostenibles del futuro que todos deseamos habitar.
Recientemente lo han hecho, entre otras cosas, con la movilidad, la cual ha evolucionado paulatinamente hacia su fusión con la electricidad. De esta manera, la electromovilidad (e-movilidad o e-mobility) se distingue por la utilización de vehículos eléctricos. Sin embargo, no es suficiente con promover medios de transporte eléctricos, sino que se cuente con toda una infraestructura que permita que su carga sea también óptima para el cuidado del medio ambiente.
Esta transformación es importante para el mundo, pero, primordialmente, para América Latina, una región bastante vulnerable a la emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes, que necesita dar pasos importantes respecto a este tema sobre todo, dado que el sector transporte es responsable de 15%[1] de las emisiones de gases de efecto invernadero en la región y es uno de los principales causantes de la contaminación del aire.
Algunos países ya han comenzado a avanzar en este rubro. En Latinoamérica y el Caribe, 27 de los 33 países que los componen han priorizado el sector transporte como un elemento central para alcanzar sus metas en reducción de emisiones [2]. Hasta el momento, América Latina cuenta con 3,716 [3] autobuses eléctricos de los cuales México ostenta 556, es decir, el 14% del total de la región, ya que el país entiende que ésta contribuye al desarrollo sostenible.
Por ejemplo, Nuevo León, además de caracterizarse por fomentar grandes inversiones como con la planta de Tesla, también se distingue por promover transporte sostenible. Como parte de esto, a través de Enel X, la ruta Exposición-Pablo Livas de Metrorrey contará con la infraestructura de recarga para instalar y operar 21 autobuses eléctricos y 12 estaciones de carga inteligente, incluyendo la infraestructura de interconexión eléctrica, lo cual lo pone un paso adelante siempre en temas de innovación y desarrollo mexicano. En este mismo tenor, con la línea 3 de Metrobús 100% electrificada en la Ciudad de México, representan la muestra de que nos dirigimos hacia una cultura de cero emisiones.
Lograr la eficiencia energética, mejorar la calidad del aire, reducir gases de efecto invernadero y la dependencia del petróleo son algunos beneficios que aporta este cambio de paradigma, el cual está directamente relacionado con la materialización de ciudades inteligentes, con unidades que se desplacen a partir de electricidad, ahorrando en tiempo de traslados y energía.
Lo que se busca es asegurar la transición completa hacia el transporte eléctrico en los sectores público y privado, tomando en cuenta que, para alcanzar esta meta, nos hemos dado a la tarea de instalar la mayor infraestructura de recarga de vehículos con soluciones inteligentes e innovadoras frente a la creciente demanda de movilidad en este ramo.
“Lo que se busca es asegurar la transición completa hacia el transporte eléctrico en los sectores público y privado”.
Seguiremos formando parte de la creación y transformación de las urbes del futuro, sabiendo que la electromovilidad y la implementación de infraestructura ayudará a alejar al medioambiente de su punto de quiebre.
Notas:
[1] Movilidad eléctrica avanza en América Latina y el Caribe en el contexto de la pandemia – nuevo informe del PNUMA
[2] Movilidad eléctrica avanza en América Latina y el Caribe -4ª edición
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