México podría convertirse en un país importador de minerales si pasa la reforma constitucional que prohíbe las actividades a cielo abierto, por lo que se pone en riesgo la soberanía nacional en la materia, advirtió la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México.
“La prohibición de la minería a cielo abierto implica la destrucción de un sector estratégico para la economía nacional y pone en riesgo la soberanía minera de México, al convertirlo en un país dependiente de las importaciones”, expuso en un comunicado de prensa.
El miércoles de esta semana, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen con iniciativas de reformas a varios artículos de la Constitución, entre los cuales se encuentra la prohibición de las actividades de extracción minera a cielo abierto, argumentando impactos ambientales y sociales, principalmente.
La Asociación, por su parte, ayer aseguró que esta medida representa un impacto negativo en el crecimiento económico nacional porque justamente la minería a cielo abierto aporta 59 por ciento del valor de la producción minera del país.
Igualmente, aseguró que la depresión económica resultante de la reforma sería difícil de revertir en amplias regiones del país, principalmente en los estados con actividad minera, ya que ésta se practica en 696 comunidades de 212 municipios.
Además, previó que las cadenas de valor de unas 70 industrias se verán afectadas, debido a que la minería es el primer eslabón de esos sectores, a la vez que se reducirán los ingresos fiscales, la entrada de divisas y la inversión en la industria minero-metalúrgica.
En su comunicado, la Asociación advirtió que la reforma impactaría en 200 mil empleos directos y alrededor de un millón de empleos indirectos, además de cerca de 20 mil estudiantes de la carrera de Ciencias de la Tierra.
Ayer mismo, la Cámara Minera de México (Camimex) se pronunció en el mismo sentido y alertó que, de pasar las reformas propuestas por el Ejecutivo federal, se formaría una contracción económica de 250 mil millones de pesos anuales, que equivaldrían a 1 por ciento del Producto interno Bruto (PIB).
Indicó que quedarían comprometidos más de 30 mil millones de pesos en diversas aportaciones fiscales al erario.
La Camimex coincidió con la Asociación en que México podría convertirse en un importador neto de minerales, ya que las internaciones crecerían en 132 por ciento, lo que provocaría, a su vez, un déficit en la balanza comercial de 93 mil millones de pesos.
Entre otros puntos, también expresó su temor de que aumentaría la minería informal, aunado a que restringiría el papel de México como productor de nueve minerales críticos para la región de América del Norte en el contexto de la transición energética.
“Por lo tanto, insistimos en el diálogo como el camino para la construcción del desarrollo ambiental, social y económico de México”, solicitó la Asociación.