Los yacimientos de aceite y gas en lutitas orgánicas son un fenómeno que ha cobrado importancia a nivel mundial al contribuir de manera sustancial a la producción actual de hidrocarburos. En México existe un gran potencial prospectivo de este tipo de recursos. Estas lutitas de origen marino y significativo espesor se consideran análogas con las zonas productoras de las lutitas del Cretácico y Jurásico ubicadas en el sur de Estados Unidos.
Las lutitas se encuentran en grandes cantidades en la naturaleza, pero debido a su localización, tipo de formación geológica y características físicas, han sido muy difíciles de explotar. Contienen hidrocarburos –petróleo y gas natural– que no pueden ser producidos económicamente con las tecnologías de extracción tradicionales, sino que necesitan de procedimientos especiales para su recuperación, de allí que se les haya calificado como “no convencionales”. Este tipo de yacimientos son redes geológicas complejas de muy baja permeabilidad que pueden contener condensado y gas, o formaciones sedimentarias que contienen petróleo de muy alta viscosidad, lo que dificulta su migración o flujo hacia los pozos.
Los yacimientos de aceite y gas en lutitas se definen como un sistema petrolero de rocas arcillosas orgánicamente ricas y de baja permeabilidad, que actúan a su vez como generadoras, almacenadoras, trampa y sello. Esta compleja red impide su producción en cantidades comerciales y demanda tecnologías particulares en la perforación de los pozos (secciones horizontales) y en sus terminaciones (estimulaciones hidráulicas) para fracturar las formaciones y, así, crear los canales necesarios (permeabilidad) con el fin de inducir el flujo de fluidos desde la formación (matriz) al pozo. El uso de estas tecnologías, los segmentos horizontales en la perforación de pozos y el proceso de fracturamiento en la roca permiten convertirlos en yacimientos convencionales.
En el país existe un gran potencial prospectivo de estos recursos, en las provincias geológicas de Sabinas, Burro-Picachos, Burgos, Tampico-Misantla y Veracruz, donde se han detectado diversas áreas o localizaciones (plays) con las características geológicas para justificar la presencia de aceite y gas en lutitas. Estas formaciones de origen marino, de considerable espesor y ricas en carbono orgánico total, tienen las mismas características de las zonas productoras de las lutitas del Cretácico y Jurásico en el sur de Estados Unidos.
Actualmente, México registra recursos prospectivos de hidrocarburos en lutitas del orden de los 60,000 MMBPE de acuerdo con información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), cifra muy importante la cual pudiera representar reservas equivalentes a unos 6000 MMBPE, tomando en cuenta un factor de recobro del 10% y considerando que en otros sitios las tecnologías han permitido superar este volumen de reservas. La empresa productiva nacional, PEMEX Exploración y Producción (PEP), puede hacerlo ya que cuenta con las competencias y el talento de su gente. Además, las tecnologías requeridas son conocidas por los técnicos de PEP, pues las formaciones terciarias de la zona de Tampico-Veracruz, denominada Aceite Terciario del Golfo (ATG), ha requerido de prácticas similares para poder lograr producción comercial.
“La empresa productiva nacional, PEMEX Exploración y Producción (PEP), puede hacerlo ya que cuenta con las competencias y el talento de su gente”.
De acuerdo con el informe de actividad petrolera en áreas (plays) no convencionales, en México se han perforado un total de 27 pozos. La identificación de estas áreas de gas y aceite en lutitas en la región norte del país está basada en el análisis de más de 1,000 pozos y de información geológica y geofísica generada en más de 75 años de exploración por PEMEX.
A partir del 2010, PEP desarrolló una campaña de perforación de pozos exploratorios ubicados en plays de lutitas del Cretácico Superior y también en las calizas y lutitas calcáreas del Jurásico Superior. La información obtenida de estos pozos exploratorios ha permitido actualizar la estimación del potencial de aceite y gas en las lutitas de estas cuencas, la identificación de áreas prioritarias y su jerarquización, basados en su conocimiento y potencial.
De modo que PEMEX debe seguir adelante con su plan de recuperación de producción, agregando esta gran oportunidad a la ya exitosa re-exploración (exploración de jardín) para apuntarle a las metas comprometidas con el país de alcanzar los 2.0 MMBPED en los dos próximos años, lo cual significa un incremento de 400 MBPED para el periodo 2022-2024.
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