A pesar de que el discurso actual se esfuerza en señalar que CFE es una y que, por lo tanto, lo mejor es que la empresa se integre en un solo organismo, la realidad es que existen muchas CFEs y eso tiene implicaciones de fondo que pueden ayudarnos a profundizar en la problemática actual en la que se encuentra el sector eléctrico mexicano.
Ciertamente, después de la reforma energética CFE pasó de ser una paraestatal a una empresa productiva del Estado y eso le permitió a la empresa dividirse por segmentos de negocios. Parte de estas estrategias se habían establecido en PEMEX desde 2008 y se reforzaron en 2013, luego se extendieron a CFE.
El objetivo era que la CFE tuviera flexibilidad operativa para el desarrollo de sus actividades, que pudiera optimizar costos, que tuviera un techo de endeudamiento adecuado, que se eliminaran poco a poco los subsidios, que su plan de negocios fuera el eje rector de sus actividades y que los reguladores tuvieran información clara para la fijación de tarifas en beneficio de los ciudadanos.
La Ley de CFE estableció solo una salvedad, aquellas actividades estratégicas de la nación, aquellas donde el gobierno se reserva el monopolio, se deberían llevar a cabo a través de subsidiarias y el resto podrían ser filiales. De esta forma, la transmisión y distribución deberían llevarse a cabo a través de subsidiarias. Mientras, en las filiales, CFE podía asociarse manteniendo más del 50% del capital social. En las subsidiarias esto no era posible.
A partir de ello nacieron seis empresas productivas subsidiarias de generación, así como CFE Transmisión, CFE Distribución y CFE Suministrador de Servicio Básico. También se crearon como filiales CFE Calificados, CFEnergia, CFE Capital, CFE Internacional y CFE Intermediación de Contratos Legados.
“La lógica es que los negocios de las diversas caras de CFE son diferentes y, por ende, en muchas ocasiones persiguen objetivos diametralmente opuestos. Esto es un punto clave.”
Aquí surge el quid de la cuestión. La lógica es que los negocios de las diversas caras de CFE son diferentes y, por ende, en muchas ocasiones persiguen objetivos diametralmente opuestos. Esto es un punto clave. Mientras que para las seis subsidiarias de CFE generación lo más beneficioso es vender la mayor cantidad de energía posible al precio más alto, para CFE Suministro Básico lo más beneficioso es tener la energía más barata posible conforme se comporte la demanda.
O, por otro lado, a CFE Generación II, por ejemplo, le conviene guardar su energía hidroeléctrica para aquellos momentos en que el precio que se paga por ella sea más alto y el cual fija una termoeléctrica de CFE Generación IV. O a CFE Generación III no le conviene que CFE Generación V oferte energía más barata de los Productores Independientes porque no saldrá despachado.
También, mientras las seis subsidiarias de CFE Generación buscan tener el precio de combustible más barato posible para sostener los contratos de cobertura con CFE Suministrador de Servicio Básico, CFEnergía se beneficia vendiendo el combustible al precio más alto posible a quien mejor le pague.
En lo que toca a CFE Calificados, se beneficia de más usuarios industriales que quieran migrar al mercado eléctrico, esos que representan más del 50% de los ingresos por ventas de CFE Suministrador de Servicio Básico, situación que provocaría que la primera incrementara sus ingresos a costa de la segunda.
Por su parte, como CFE Transmisión y CFE Distribución tienen tarifas que cubren todos sus costos eficientes sin necesidad de invertir, a ambas les conviene incrementar los costos que se pueden trasladar a las tarifas, convenciendo al regulador, a la CRE pues, de que son eficientes y nos conviene que se agreguen como parte de las tarifas.
En esa lógica, CFE Capital preferiría tener en su cartera proyectos de bajo riesgo con retornos garantizados, fácilmente proyectables sobre el tiempo y qué mejor si son un monopolio, como Transmisión, que proyectos con riesgos de gestión, operación, administración, combustibles y donde tienen que competir, según el modelo actual, como la generación eléctrica.
Como pueden observar, no es una CFE, son muchas CFE con objetivos diferentes y con lógicas de negocio distintas. La razón de separarlas era que pudiéramos observar estas diferencias y conocer los costos reales y eficientes de cada segmento para tener tarifas claras en beneficio de todos los consumidores.
Pero es eso mismo lo que pretende desaparecer la reforma eléctrica que se discute en estos días.