La calificadora internacional Standar & Poor’s (S&P) advirtió que Petróleos Mexicanos representará un reto fiscal para el próximo gobierno, debido principalmente a la debilidad de sus finanzas, así como a la alta dependencia que tiene de los apoyos del Estado.
Las decisiones del próximo gobierno en la trayectoria fiscal de México, y cómo aborde el apoyo que necesitará Pemex, probablemente afectará las calificaciones tanto del país como de la empresa petrolera, señala.
La calificadora recordó que Pemex estabilizó su producción en 1.87 millones de barriles diarios de hidrocarburos líquidos, lo que representó un aumento de apenas cinco por ciento entre 2022 y 2023, pero fue resultado del aumento de la producción de crudo mediante la incorporación de nuevos campos al portafolio, a lo que es necesario restar las altas tasas de declinación de sus principales activos, como Cantarell o Ku Maloob Zaap.
“La cartera de Pemex se compone principalmente de campos maduros, que requieren mayores inversiones para mantener los niveles de producción”, destacó.
Por otra parte, advierte que las continuas pérdidas en eficiencias operativas hacen que el Sistema Nacional de Refinación funcione a menos del 50 por ciento de su capacidad.
Carga de la deuda
Pemex enfrenta importantes vencimientos de deuda en los tres próximos años. El gobierno federal, que recurrió a los mercados internacionales a principios de 2024, incluyó por primera vez una partida presupuestaria para cubrir casi todos los pagos de amortización de 2024, alrededor de 11 mil millones de dólares.
Sin embargo, en 2025 y 2026 Pemex deberá pagar más de 17 mil millones de dólares en vencimientos de deuda, de los cuáles seis mil 800 millones corresponden al año entrante y 10 mil 500 millones a 2026.