Redacción / Energía a Debate
Algunas políticas públicas y los retos sobre la situación financiera de Pemex se encuentran entre los riesgos internos para el sistema financiero mexicano, de acuerdo con el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF).
Mediante un comunicado emitido la noche de ayer, el Consejo dio a conocer la actualización de su Balance de Riesgos, en el que expuso aquellos factores internos y externos que representan un riesgo para las finanzas del país.
En cuanto a los internos, el CESF mencionó el cambio en la perspectiva crediticia para México por parte de algunas agencias calificadoras como resultado, a su vez, de la baja en la calificación para Petróleos Mexicanos.
“Uno de ellos es el cambio de perspectiva de estable a negativa de la calificación crediticia de México por parte de tres agencias calificadoras. Este cambio, según señalaron dichas agencias, responde en parte a la incertidumbre asociada a algunas políticas públicas y a riesgos relacionados con la nueva estrategia para el sector energético, así como los retos sobre la situación financiera de PEMEX”, señaló el Consejo.
“Al respecto –continuó–, una agencia redujo en dos niveles la calificación de la deuda de dicha empresa, mientras que otra agencia ajustó su perspectiva de estable a negativa”, especificó la nota.
Cabe recordar que apenas el 1 de marzo pasado, Standard & Poor’s cambió la perspectiva de la calificación de México-país de estable a negativa, argumentando que las políticas públicas en materia de energía de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador estaban dirigidas a reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético del país, además de que la “nueva estrategia para el sector coloca una carga financiera adicional sobre Petróleos Mexicanos”, dijo en su reporte de ese día.
Quince días antes, Fitch Ratings, junto con las áreas de análisis de Citi y BBVA, consideraron como “insuficientes” los apoyos fiscales por 5 mil 200 millones de dólares anunciados por el gobierno federal para capitalizar a Pemex, ya que dicho monto se encuentra muy por debajo de los 12 mil millones de dólares que, de acuerdo con Fitch Ratings, serían necesarios para estabilizar la producción de petróleo y reponer las reservas de hidrocarburos.
Por su parte, desde agosto del año pasado Moody’s había venido advirtiendo que los diversos cambios anunciados en la política energética por parte del entonces presidente electro López Obrador elevaría los riesgos para la calificación de Pemex.
El CESF mencionó también entre los factores internos de riesgo, un posible retraso en la aprobación del acuerdo comercial alcanzado en América del Norte y la marcada debilidad que ha venido mostrando la inversión en México.
En cuanto a los factores externos, el Consejo destacó la desaceleración de la economía global desde finales de 2018, reflejada en un menor dinamismo en la mayoría de las principales economías avanzadas y en algunas emergentes.
En este sentido, mencionó que es resultado, en parte, de la mayor incertidumbre sobre las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y de condiciones financieras globales más restrictivas. En Estados Unidos, agregó, la actividad económica continúa mostrando un crecimiento saludable y el mercado laboral ha seguido fortaleciéndose, si bien algunos indicadores sugieren cierta moderación.
En este entorno, desde finales de 2018 la previsión sobre el ritmo de normalización de la política monetaria en ese país es que este sea más lento que lo anticipado, con la posibilidad de modificaciones en su política de reducción de su hoja de balance. Esto dio lugar a menores presiones en los mercados financieros desde principios de 2019. No obstante, persisten riesgos a la baja para el crecimiento global, estimó el CESF.
En todo este contexto, el Centro consideró que es necesario mantener un marco macroeconómico sólido que continúe fomentando la estabilidad de precios, la disciplina fiscal, y la estabilidad financiera.
Externó que las autoridades financieras mexicanas se mantendrán atentas para que, en su caso, se tomen las medidas necesarias para fortalecer el marco macroeconómico y la estabilidad del sistema financiero.
El CESF está integrado por el secretario de Hacienda y Crédito Público, quien lo preside, el gobernador del Banco de México, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, dos subgobernadores del Banco Central, los presidentes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, y por el secretario ejecutivo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario.