Ulises Juárez / Energía a Debate
Petróleos Mexicanos reclasificó la producción de crudo de 8 de sus campos, lo que trajo como consecuencia que la extracción total del hidrocarburo reportada en noviembre de 2018 de 1 millón 717 mil barriles diarios promedio, se ajustara a 1 millón 697 mil barriles al mismo mes, luego de que la empresa diera a conocer sus cifras con cierre a diciembre pasado.
Este ajuste, de 20 mil barriles menos, “responde a una reclasificación de crudos superligeros de 8 campos a condensados”, explicó Pemex a través de su área de Comunicación Social, aunque no detalló los nombres de los campos.
La empresa productiva del Estado no había publicado la actualización de sus indicadores petroleros con cifras a diciembre de 2018, sino hasta este viernes, y en ellos se aprecia que el ajuste se da en la producción de petróleo crudo superligero que pasó de los 155 mil barriles diarios en el primer informe, a 135 mil en el reporte reciente.
Para este último informe, Pemex decidió separar los condensados de la producción de crudo propiamente dicha.
La nueva clasificación, por tanto, llevó la producción total de petróleo crudo anual de 1 millón 841 mil barriles diarios promedio, a 1 millón 813 mil barriles.
Impacto en refinación
Gonzalo Monroy, experto en temas energéticos de México y América del Norte, consideró para Energía a Debate que esta reclasificación pudo haberse debido a una reevaluación exhaustiva en el marco del desabasto de gasolinas que padecen todavía algunas entidades del país.
Al preguntársele si tal reclasificación afecta al sector de la refinación, el analista comentó: “He ahí el problema: seguramente con la agregación de antes, se venían quedando cortos consistentemente con respecto a lo que mandaban a las refinerías”.
En este proceso de revaloración de la producción, apuntó, debió de haber aparecido la agregación de los condensados en la producción de crudo ligero.
En octubre de 2018, en un hecho considerado como histórico, Pemex anunció que para noviembre importaría cuatro cargamentos de 350 mil barriles de crudo superligero tipo Bakken cada uno, para mezclarlo con el petróleo mexicano para su procesamiento en las refinerías del país.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó que México, un país petrolero, tuviera que importar crudo.
“Tenemos menos crudo ligero y, de acuerdo con lo que dijo el Presidente López Obrador, tampoco vamos a importar crudo Bakken, ¿qué va a pasar?”, se consultó con el analista Monroy, a lo que respondió: “Pues que dejamos de refinar. Sin ese crudo no puedes operar Tula y Salamanca. Lo que tienes de producción doméstica se va a Salina Cruz”.
Y advirtió: “Eventualmente tendrá que decidir qué importar: crudo ligero para alimentar las refinerías, o importar gasolina base (casi terminada) para las TARs pero dejar en el abandono 2 refinerías, 3 si incluimos a Madero, y 4 con Minatitlán”.