Ulises Juárez / Energía a Debate
Petróleos Mexicanos podría crear una compañía filial que ayudaría a captar capitales para financiar los proyectos de la empresa productiva del Estado, sobre todo en aguas someras, consideró Juan Carlos Zepeda Molina, asesor externo de la Secretaría de Energía.
“Lo que yo propongo es que en Pemex creamos esta filial, esta filial crea un pequeño farmout y posteriormente puede poner en el mercado acciones, una.minoría, como los chinos”, dijo durante su participación en el coloquio Retos del sector energético en México, organizado por el Programa de Energía de El Colegio de México.
En la mesa Belance y retos de los hidrocarburos (Upstream), moderado por Isabelle Rousseau, directora del Programa de Energía, Zepeda Molina insistió en la conveniencia de retomar el modelo chino para financiar a Pemex a partir de una filial, algo que ya permite la legislación actual.
“La ley señala y el marco constitucional que cuando Pemex se asocia en exploración y producción puede crear una filial bajo el derecho privado”, agregó el ex comisionado presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
“De hecho todo los contratos que Pemex ha ganado en asociación crea una filial y esa filial está sujeta a derecho privado. Eso ya ocurre”, subrayó.
En el marco de la Reforma Energética, Petróleos Mexicanos ha realizado cinco asociaciones con empresas privadas. La sexta licitación, originalmente prevista para octubre de 2018, ha sido postergada.
Entre las bondades de esta idea, amplió Zepeda, se encuentra que la nueva filial arrancaría sin números negativos ni pasivos en sus cuentas.
Por el contrario, afirmó, sería más fácil que bajaran los recursos para capitalizarla y sería una oportunidad para que Pemex pueda colocar un mínimo de acciones en los mercados internacionales y atraer inversión.
Como referente, el ahora asesor de la Sener expuso el caso de la empresa China National Petroleum Corporation (CNPC), entidad estatal que creó a la filial PetroChina.
Esta última, abundó, colocó en las principales bolsas internacionales 13 por ciento de sus acciones, reservándose el Estado el 87 por ciento, con lo que se garantiza el control estatal.