Alfredo E. Guzmán*, para Energía a Debate
No se puede entender la posición del Gobierno mexicano con relación al petróleo. Cálculos recientes del futuro de la demanda mundial del petróleo hechos por Rystad Energy de Noruega, una de las firmas más reconocidas de análisis petrolero, indican que esta demanda alcanzará en un caso base su pico más alto alrededor del año 2037, aunque bajo un caso en donde la tecnología avance más rápido, el pico se podría dar ¡en 2027! (sí, ¡dentro de tan solo 8 años!).
Demanda pico de petróleo vs. oferta global de líquidos
Los recursos que actualmente están en explotación logran cubrir la demanda hasta el año 2031, pero en caso de que la demanda se acelere esto será solo hasta 2027 por lo que los precios del petróleo tenderán a subir conforme la oferta se reduzca, generando una enorme oportunidad para los países que están aumentando su producción, como es el caso de Argentina y Estados Unidos con el shale oil, Guyana, Brasil, etc.
México tiene 143 mil millones de barriles (MMb) de aceite descubiertos en yacimientos convencionales y se estima que se van a encontrar 41 MMb adicionales y además tiene 129 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMbpce que incluye el gas) en yacimientos no convencionales (aquellos que requieren pozos horizontales fracturados hidráulicamente) lo que le da un total de 313 MMbpce en el subsuelo.
De ese gran total, desde 1904 se han extraído 43 MMb, (56 MMbpce si le sumamos el gas). En el Plan de Negocios de Pemex se espera alcanzar 2.65 MMb en 5 años, con esos números para el año 2037 se habrán producido solamente 13 MMb de los 313 MMbpce que tenemos en el subsuelo (el 4%).
Bajo un escenario que permitiera la extracción de recursos no convencionales y la participación de terceros se podría extraer al menos el doble en ese período, lo que generaría un ingreso adicional del orden de los 650 mil millones de dólares y aún así dejaríamos en el subsuelo más de 280 MMbpce del los cuales solo se produciría una pequeña parte al irse reduciendo la demanda gracias a las energías alternativas.
Al empezar a reducirse la demanda mundial de petróleo dentro de 18 años, o menos en un caso acelerado, los millones de millones de dólares que vale ese petróleo, se van a quedar en el subsuelo.
La reforma energética le daba a México un mecanismo para hacer realidad una buena parte de esa riqueza, aportándole recursos para su desarrollo, escuelas, hospitales, infraestructura y apoyo social y a Pemex los recursos adicionales que requiere vía socios. Suspender la participación de terceros, prohibir el uso de tecnologías que ya son utilizadas en gran parte del mundo y querer que Pemex sea el único que cargue con la responsabilidad de hacer realidad la riqueza que tenemos es un despropósito inconcebible.
(*) Ingeniero petrolero.