Los jóvenes estudiantes mexicanos tienen talento y están definitivamente a la altura de quienes se preparan en centros educativos internacionales, además de que poseen el valor para enfrentarse a cualquier adversidad e, incluso, salir triunfantes de ella.
Prueba de esto son los miembros de la Escudería Borregos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México (TCCM), quienes obtuvieron el primer lugar en la categoría “Reducción de la Huella de Carbono” en el Shell Eco-Marathon 2022, realizado en la internacionalmente conocida pista de carreras de autos de Indianápolis, en el estado norteamericano de Indiana.
En los días del 10 al 13 de abril de este año, la empresa energética Shell junto con sus socios, organizaron la 35ª edición de la ya tradicional competencia universitaria de prototipos de vehículos con las tecnologías de motor de combustión interna (CI), eléctricos y con base en celdas de hidrógeno.
En este 2022 se llevó a cabo el primer certamen luego de dos años de pausa por la contingencia sanitaria mundial derivada del COVID-19; sin embargo, por motivos meteorológicos, las pruebas en pista tuvieron que suspenderse ya iniciadas, dejando a varios equipos sin poder correr sus modelos.
Fue el caso de la Escudería Borregos, cuyos miembros ya no alcanzaron a correr su prototipo de tres ruedas con un peso de 40 kilogramos, impulsado por una batería de litio y con un costo de entre 210,000 y 220,000 pesos mexicanos, pero eso no impidió que obtuvieran el primero y segundo lugares en dos de las categorías off-track, o fuera de pista.
El primer lugar fue en el rubro “Reducción de Huella de la Carbono” y el segundo en “Manejo de Comunicación”.
“Son varias categorías. En la que nosotros participamos es en la parte de comunicación. Tienes que llevar un buen manejo de redes (sociales), una buena imagen del equipo, hacer interacciones con personas, eventos, cosas de ese estilo”, dijo Alberto Barrita, líder de la Escudería Borregos, al explicar los puntos a evaluar en el renglón en el que obtuvieron el segundo lugar. Por cierto, este tema lo lideró Daniela Dehesa, estudiante de la carreta de Ingeniería de Desarrollo Sustentable en el TCCM.
Respecto al primer lugar, Barrita, quien estudia Ingeniería Electrónica, refirió que para el concurso, entre otros muchos requerimientos, se debe hacer un estudio del impacto ambiental de la elaboración de los materiales y diversos componentes del vehículo, el armado del mismo y las emisiones que expele una vez terminado y puesto en marcha.
“Se hace un análisis completo del coche, de cómo está manufacturado, cómo está construido, qué materiales se utilizaron, qué procedimientos se siguieron. Todo”, dijo en una conversación con Energía a Debate.
Ejemplificó desde cuánto se consume en cada material, cuál es la huella de carbono de generar el aluminio o cuánta energía consume la fresadora, el taladro; cuánto contamina soldarlo, empezar a correrlo y una larga lista.
A partir de todos esos datos, el equipo tuvo que generar un plan de trabajo sobre las alternativas para precisamente reducir la huella de carbono del vehículo. “La idea es estar innovando”, resumió.
Al respecto, Rodrigo Fischer, el coach y vínculo de la Escudería Borregos con Shell y el Eco-Marathon, destacó la diferencia entre un vehículo eléctrico y uno de CI.
“Aquí lo interesante es que uno eléctrico deja de emitir justamente después de ser fabricado, dependiendo de dónde venga la energía que recarga sus baterías”, afirmó. “Pero uno de combustión interna sigue expandiendo su huella de carbono conforme va circulando”, añadió.
También subrayó que en este tipo de eventos, para Shell lo importante es la seguridad en todo momento y en cada etapa del certamen. “Lo más importante para Shell es la seguridad, luego la seguridad y al último la seguridad”, remarcó.
Ahora bien, ¿por qué participar con un prototipo eléctrico? “Los autos eléctricos son los más sencillos, por ende los menos costosos, pero son el futuro del automóvil, más que los de hidrógeno y los de gasolina y diesel”, expresó Alberto Barrita.
El equipo que construyó el vehículo eléctrico estuvo conformado por unos 30 estudiantes de diversas carreras, como Ingeniería Biomédica, Biotecnología, Electrónica, Mecánica, Mecatrónica, Tecnologías Computacionales, entre otras, incluso había estudiantes de Preparatoria.
“Cualquier persona puede trabajar en lo que quiera, la idea es que cada quien encuentre su lugar”, dijo el líder de la Escudería, pero precisó que solo diez elementos de todo el grupo fueron a Indianápolis a recibir, armar, probar y presentar el prototipo.
Respecto a los apoyos, Alberto Barrita comentó que por parte del Tec de Monterrey campus Ciudad de México contaron con el taller para armar las piezas y el automóvil, la soldadora, los espacios de pruebas, la logística para la internación del automóvil a Estados Unidos, lo que en sí mismo fue todo un reto para el equipo.
Y, por supuesto, el Instituto también ofreció la asesoría de los profesores para el buen desarrollo del proyecto.
Asimismo, la institución educativa facilitó la adquisición de los componentes, al cotizar y contactar con los proveedores.
Por su parte, Shell México, bajo el mando de Alberto de la Fuente, financió una parte del envío del modelo hacia Indiana, la difusión de la Escudería, asesoró en cuanto al funcionamiento del Eco-Marathon, promovió las relaciones con otros equipos, entre otros.
Tanto Shell México como Shell Estados Unidos apoyaron para la obtención de las visas de los estudiantes que se trasladaron a Indianápolis.
Además de lo anterior, el equipo logró patrocinios con diversas marcas en sus especialidades, desde la tecnología y licencias, hasta la pintura y los uniformes.
“El Tec da dinero, es un presupuesto, un poco justo, lo demás es ingenio de ellos con rifas”, apuntó Barrita.
A pesar de que el auto a tres ruedas, con tracción trasera, no tuvo la oportunidad de competir contra sus pares, eso no desmotivó ni a la Escudería Borregos ni a los patrocinadores.
“Duele, sin duda, pero yo estoy seguro que los diez del equipo que fueron se la pasaron muy bien, aprendieron un montón y estoy seguro que la próxima generación que va a competir en 2023 va a ser uno de las mejores”, expresó Fischer.
Es importante destacar que Borregos es la primera generación de escudería mexicana que pasa en el top tres y en el top cinco en el Eco-Marathon, logrando dos premios a pesar de no haber podido competir en pista por una tormenta que se presentó justo el día en que correría.
El primer año en que se realizó la competencia fue en 1985, pero no fue sino hasta 2012 que México participó por primera vez con una escudería por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por cierto, este 2022, en la categoría de Comunicación, el primer lugar lo obtuvo la escudería de esa casa de estudios, capitaneada por una mujer.
¿Y cuál es del destino del auto eléctrico que compitió en Indianápolis? “Nuestro coche está desarmado, está en San Miguel Allende, para su exhibición por ANSYS”, dijo el líder de la Escudería en relación a una de las empresas patrocinadoras.
“Lo más seguro es que este quede exhibido en el taller”, concluyó.