Estimado lector, mientras continuamos trabajando en Texas sobre los temas de energía, me preguntan constantemente sobre la crisis energética en Europa, ya que es uno de los temas más analizados del 2022. Las consecuencias financieras en el ciudadano común han sido fuertes y han llevado a las autoridades de numerosos países a buscar formas de disminuir el impacto, lo cual ha sido un gran impulso para las energías verdes.
Los altos costos a los que ha llegado la electricidad han llevado a expertos y autoridades a agilizar formas de generar energías que no dependan del gas, para así disminuir el precio de la misma.
Algunos países se están preparando para gastar mucho para tratar de limitar el caos. Este domingo, por ejemplo, el gobierno alemán anunció un paquete de ayuda de 65.000 millones de euros (US$ 64.000 millones) para ayudar a los hogares y las empresas a hacer frente al aumento de la inflación. Alemania, la economía más grande de Europa, depende particularmente de las exportaciones de gas de Rusia para alimentar sus hogares y su industria pesada.
Liz Truss, la nueva primera ministra de Reino Unido, está bajo una enorme presión para anunciar más ayuda para los hogares y las empresas a medida que aumentan las facturas de energía. Truss está considerando un paquete de £ 100.000 millones (US$ 115.000 millones) para ayudar con el aumento del costo de vida, incluido el apoyo para pagar las facturas de energía, según un informe de The Sunday Times.
Si es así, eso superaría el costo del plan de licencia pandémica del Reino Unido, en el que el gobierno subsidió los salarios de los trabajadores para evitar despidos masivos, en alrededor de £ 30.000 millones (US$ 34.000 millones).
El invierno está ya a la vuelta de la esquina y durará meses. La Unión Europea ha estado apuntalando sus reservas de energía para los meses más fríos, cuando el uso aumenta (gas natural), ya que teme que Rusia reduzca aún más su suministro del energético.
Moscú ya ha dejado de enviar gas a varios países europeos “antipáticos” y a compañías energéticas por su negativa a pagar en rublos, como insiste el Kremlin, en lugar de los euros o dólares estipulados en los contratos.
El anuncio de hace unos días sobre Nord Stream 1 se produjo pocas horas después de que las naciones del G7 acordaran limitar el precio al que Rusia puede vender su petróleo en un intento por limitar los ingresos que el Kremlin está utilizando para financiar su guerra en Ucrania.
Durante los meses de mayo y junio, los precios de la electricidad bajaron considerablemente gracias a un aumento de temperatura que abrió el paso a un mayor uso de producción solar fotovoltaica, termosolar y producción eólica. Sin embargo, mantener esta disminución de costos durante épocas más frías sigue representando un reto para las autoridades.
Al mismo tiempo que Europa busca preparar planes para sobrellevar el invierno y poder abastecer a los hogares y empresas de la energía que necesitan, ocurre un evento que cambia completamente las prioridades de crecer la industria de las energías limpias, cada vez más barata y más rentable.
Las inversiones previstas para el 2030 son de alrededor de un billón de dólares; sin embargo, los menores costos de instalación indican que las inversiones futuras podrían ser mayores a las esperadas.
Rusia amenaza con cerrar el grifo a Europa.
Tras conversaciones que tenían como base un cambio importante en los contratos con Rusia, el país tomó la abrupta decisión de cerrar uno de los gasoductos más importantes, así como ceder el control de la planta de Gazprom Alemania. Esto ha alertado a toda Europa para generar un plan de emergencia basado en que se “cierre el grifo” en más gasoductos, lo cual podría traer fuertes consecuencias en todo el continente.
La Comisión Europea entonces prepara un posible control de precios, así como un plan coordinado de reducción de la demanda energética e instar a los posibles nuevos proveedores internacionales a estar preparados en caso de un corte total del suministro.
La apuesta fuerte a la industria de las energías verdes
La crisis energética sigue siendo uno de los temas pilares del 2022, puede ser el impulso necesario para crear la infraestructura adecuada para el uso de energías verdes.
La presión generada por Rusia sin duda pone en segundo plano esta infraestructura, ya que el continente debe prepararse para un evento en el cual las energías verdes no pueden hacer frente por sí solas, pero se presenta como una oportunidad de replantear cómo se obtiene la energía y buscar alternativas.
El complejo incierto sobre el tema energético
Las próximas acciones de ambos bandos son clave para la toma de decisiones referentes a la crisis energética, la cual genera una mayor preocupación a medida que se acerca el invierno.
A un nivel micro, el ciudadano común continúa experimentando un abrupto aumento de precios que, aunque se ha encontrado en su punto más bajo en los últimos días, continúa siendo un 97,92% más caro en comparación con mayo de 2021.
La incertidumbre reina en torno a la industria del gas pero es un llamado de atención más a impulsar el uso de energías verdes que permitan una independencia de principales exportadores y posibles conflictos.
A medida que se ha intensificado el enfrentamiento energético, los países de la Unión Europea han llenado rápidamente sus instalaciones de almacenamiento de gas. Las plantas ahora están al 82% de su capacidad, según datos de Gas Infrastructure Europe, superando el objetivo del 80% que los funcionarios establecieron para los países antes de noviembre.
A pesar del grave riesgo de escasez de energía, todavía esperamos que la mayor parte de Europa supere la temporada de frío sin tener que cerrar partes significativas de la industria mediante el racionamiento a gran escala de los suministros de gas.
Los primeros análisis sugieren incluir un mecanismo que disocie los precios de la electricidad de los precios mayoristas del gas natural y una oferta de crédito de emergencia para las empresas de energía en riesgo de quebrar. Estaremos pendientes sobre los planes para esta crisis energética en Europa.
Las opiniones vertidas en la sección «Plumas al Debate» son responsabilidad exclusiva de quienes las emiten y no representan necesariamente la posición de Energía a Debate, su línea editorial ni la del Consejo Editorial, así como tampoco de Perceptia21 Energía. Energía a Debate es un espacio informativo y de opinión plural sobre los temas relativos al sector energético, abarcando sus distintos subsectores, políticas públicas, regulación, transparencia y rendición de cuentas, con la finalidad de contribuir a la construcción de una ciudadanía informada en asuntos energéticos.