Desde principios de octubre y al menos hasta el 4 de diciembre, la refinería Francisco I. Madero de Pemex ha operado de forma intermitente y prácticamente se ha mantenido detenida, debido a que la planta está saturada, aseguró Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC.
En octubre de este año, de acuerdo con reportes de Pemex, la planta produjo apenas tres mil 155 barriles diarios, de una capacidad de 177 mil barriles.
El problema que enfrenta en este momento la planta ubicada en Tamaulipas es que la dieta de crudo que utiliza no es la adecuada, dijo el especialista, pues utiliza crudo tipo Maya, es decir, aceite pesado, lo que “tapa” a la refinería y obliga a frenar la producción.
La planta requiere mayormente mantenimiento correctivo, dijo el especialista, pero gran parte de la inversión que ha hecho el gobierno, ha sido en la parte de catalizadores, donde se va más de 70 por ciento del presupuesto asignado.
Además, el problema de utilizar crudo pesado en la refinería de Madero es que no es una mezcla óptima, lo que congestiona la planta combinada, que se encarga de calentar el crudo para iniciar con el proceso de destilación, que separa el crudo en sus diferentes componentes.
Es probable, dijo, que el promedio de producción de la planta en noviembre suba a 10 mil barriles, pero apenas representaría siete por ciento de la capacidad de producción de la Refinería de Madero, establecida en 177 mil barriles diarios.
Un problema adicional que enfrenta la planta de Madero es que requiere inversiones adicionales al cierre de año, cuando generalmente los recursos de inversión ya se agotaron.
Para Fluvio Ruiz, especialista del sector energético, es necesario revisar la calidad del crudo con el que se alimentan las refinerías.