El presupuesto del 2025, ¿confirmará nuestro analfabetismo energético? En dado caso de que el gasto programado esté destinado en un 70 % a desarrollo social, esto dejaría lacerado al económico, donde se encuentra el gasto programado de la energía, y por ende no habrá transición energética con cimientos genuinos de la nación.
Los cambios en la reforma por el Poder Legislativo dejaron en claro dos cosas:
- No tienen idea de la transición energética.
- Auto-chamaquearon a México ante sus socios comerciales del TMEC.
Se deriva de las siguientes observaciones que deben ser consideradas en el corto y mediano plazo por aquellos individuos que llevan a cabo la política pública de este país en el transcurso del sexenio y el próximo, ante los cambios constitucionales efectuados.
- Transición energética. El concepto de que la nación era responsable de su realización y que utilice las energías primarias de manera adecuada para tener un mejor aprovechamiento, fue enviado al bote de la basura. ¿Quién es el encargado de realizar esto? En el caso de que sea asignado a una Secretaria, o empresa estatal, esto indicará que no darán presupuesto para realizarlo.
- Los legisladores en su totalidad, sin excepción, solo hablaron de transición energética, referenciada a la forma de generar la electricidad con combustibles fósiles o energías renovables (incluidas las limpias), pero cuando pasaron al púlpito para expresar su posicionamiento, ninguno habló de la forma de utilizar los primeros de forma paulatina. Entre los fósiles se encuentran el gas natural, usado para generar más del 60 % de la electricidad en nuestro país, y el carbón para tomar su poder calorífico en algunas industrias, y en un 4 % para generar electricidad del total. Finalmente, el petróleo crudo y sus derivados, como las gasolinas, diésel, turbosina, gas licuado de petróleo, coque, combustóleo, entre los más utilizados en la cotidianidad de las actividades de la sociedad, pero son los que más gases de efecto invernadero producen, principalmente en el transporte que tiene que quemar para mover motores.
- No hay un plan de largo plazo para la transición energética constitucional, ni políticas públicas reales sobre cómo debemos llegar en el futuro. México necesita tecnología de otros países y solo puede obtenerla de tratados comerciales con ciertos países.
- Es absurdo considerar y utilizar como discurso en el Poder Legislativo que podemos dejar el uso de la gasolina y utilizar carros eléctricos si no existen las condiciones adecuadas, sin considerar los híbridos que tienen escape y producen combustión al seguir usando gasolina para su movilidad. Tengamos en cuenta que en México existen aproximadamente más de 38 millones de automóviles, de los cuales del tipo eléctrico existen no más de 45 mil que circulan en la actualidad. Para poder llegar a tener carros eléctricos con las políticas actuales sexenales, y cada vez que llega una nueva administración cambia el sector energético, estaremos teniendo carros en nuestro país circulando en plenitud del tipo eléctrico hasta él sigo XXII, además dejaremos de usar a los combustibles fósiles casi a finales de este siglo.
- Las empresas PEMEX y CFE, al pasar de nuevo a ser estatales, el cambio causa incertidumbre por dejar de estar bajo la ley mercantil. Ahora tendrán toda la infraestructura del gobierno para hacer frente a cualquier desavenencia con una persona física o moral que haya realizado algún contrato o transacción comercial. Eso beneficia a las empresas estatales, debido a que ahora tienen el respaldo directo del gobierno y no como antes, que dependían de la SHCP.
- Los legisladores han auto-chamaqueado a México debido a la implementación de los cambios correspondientes al sector energético, previo a la ejecución de la evaluación del TMEC en el año 2026. ¿Cuál era la prisa de hacer estos cambios? En realidad, existe una estrategia alineada entre lo político y el ámbito económico.
“Los legisladores han auto-chamaqueado a México debido a la implementación de los cambios correspondientes al sector energético, previo a la ejecución de la evaluación del TMEC en el año 2026”.
- El TMEC fue firmado bajo políticas públicas que existían en su momento en 2020 y que fueron el detonante en gran medida para su firma. Contenían normatividades, regulaciones, y leyes que podían mantener una armonía con las inversiones privadas. Dado que México es el exportador principal a los Estados Unidos y este socio comercial es el que más invierte en nuestro país, se debe tener en cuenta lo siguiente ante las modificaciones realizadas y pretendidas:
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- Se revisará el Capítulo de monopolios de empresas del estado, cuyo objetivo es ver que no afecten a los inversionistas en los diferentes mercados. También es importante señalar que la CFE tiene el control de más del 75 % de la electricidad generad, que no debe confundirse con el 54 % al que se refieren en capacidad instalada. El mercado de generación de electricidad no se centra en cuántas plantas instaladas hay, sino en cuánto producen y su eficiencia operativa para despachar en el mercado. Recordemos que el único que puede vender la electricidad a usuarios domésticos es la CFE. PEMEX carece de competencia en la extracción y producción de crudo o gas natural. Este mercado no es donde los privados compiten, sino más bien en la venta o distribución de combustibles, de donde se deriva más del 75 % de los ingresos de la empresa estatal.
- La integración de los órganos reguladores en la SENER podría generar un conflicto de interés y desavenencias en el acuerdo. Por ejemplo, podemos tomar a la Comisión Reguladora de Energía, cuyo objetivo es brindar permisos para el mercado eléctrico y de hidrocarburos. La Secretaría ostenta una silla en los Consejos de Administración de CFE y PEME, así que al tener información del mercado, podría sugerir a la CRE no dar el permiso a una empresa que pudiera hacer competencia a PEMEX.
- Habrá ciertos cambios de forma y ejecución al no ser las mismas condiciones y términos firmados en 2020. Las negociaciones serán ríspidas, veremos quién cede y qué tipo de condicionantes surgirán de esto. Cambios hechos antes de tiempo. Tengamos en cuenta que, gane Donald Trump o Kamala Harris, cuando las cuestiones económicas y estrategias han sido afectadas, ambos partidos se unen y enfrentan a aquellos que afectan los intereses del país. México ofrece terrenos, mano de obra barata y cercanía para ensamblar su tecnología.
- El mayor impacto se suscitará en forma indirecta en la población, dado que ahora PEMEX y CFE deben incrementar en mayor medida el presupuesto. Debido a que regresaremos a la forma de contratación como era hasta antes de la reforma energética, las dos empresas estarán en desventaja ante el posible aumento de precios unitarios al tener un mayor costo de financiamiento ligado a una prima de riesgo en el dinero, ante los tiempos en los pagos a proveedores y descuentos solicitados, además de una posible mayor incorporación de corrupción dentro de ambas empresas.
- El presupuesto para algunos programas sociales deberá ser reducido o de lo contrario, simplemente habrá un mayor déficit. El resultado es directamente proporcional al incremento de la deuda.
Las reformas a la política energética no son un simple hecho de cambios en papel al otorgar a las empresas del Estado un poder en su conjunto y colocar en el discurso la soberanía, independencia y autosuficiencia. ¿Cuál fue el objetivo, dado que las empresas estatales carecen de su propia tecnología y dependen de otros para poder integrarse en el mercado energético y, de esta forma, ser México independiente del mundo? ¿Podrá lograrlo?
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