El aprovechamiento de gas natural asociado en los campos de Pemex va en picada durante la gestión del director Octavio Romero Oropeza y se aleja cada vez más de la meta planteada ante la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
El aprovechamiento de gas natural asociado en los campos de Pemex va en picada durante la gestión del director Octavio Romero Oropeza y se aleja cada vez más de la meta planteada ante la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
De acuerdo con datos del regulador energético, en enero de 2019, el aprovechamiento de gas natural asociado, es decir, el que se extrae en conjunto con el petróleo en los campos de Pemex, se ubicó en 96.4 por ciento, apenas 1.6 puntos por debajo de la meta, establecida en 98 por ciento.
La meta de aprovechamiento de gas natural de 98 por ciento corresponde a lo señalado en el artículo 14, fracción II de las Disposiciones técnicas para el aprovechamiento de gas natural asociado, de acuerdo con la CNH.
Sin embargo, a partir de ese momento el desperdicio del gas ha ido al alza, hasta triplicarse al cierre de septiembre de 2021.
Los datos del regulador señalan que en el primer mes de 2019, el desperdicio de gas ascendía a 207 millones de pies cúbicos diarios, pero al último corte en las estadísticas de la CNH, este monto llegó a 617.1 millones de pies cúbicos diarios.
El aumento en el desperdicio de gas natural asociado implica daños económicos y ambientales para la petrolera mexicana, que al cierre de 2021 experimentó pérdidas por 10 mil 900 millones de dólares.
Además, de acuerdo con estadísticas de Pemex, desde 2019, el volumen de las ventas internas de gas natural va a la baja.
En 2019, la petrolera reportó la venta de mil 604 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) de gas natural, cifra que se redujo a mil 170 MMpcd al cierre del año pasado.
Impacto ambiental
Por otra parte, en lo que se refiere al impacto ambiental, de acuerdo con la ONG Enviromental Defense Fund México (EDF), las emisiones de metano representan al menos 25 por ciento del calentamiento global, mismas que resultan de la actividad humana como la agricultura, la producción y el uso de combustibles fósiles y los vertederos de basura.
En este sentido, México es uno de los principales productores mundiales de petróleo, por lo que está dentro de los principales emisores de metano.
Desde enero del año pasado, cuando el aprovechamiento de gas se ubicó en 88.1 por ciento, EDF advirtió que un grupo de científicos internacionales observaron niveles excepcionalmente altos de contaminación por metano en instalaciones de hidrocarburos, mismos que afectan particularmente a Chiapas, Tabasco, Veracruz y la costa de Campeche, que corresponden a las zonas con mayor actividad petrolera en el país.
El desperdicio de metano en un solo complejo procesador de gas en tierra sería suficiente para satisfacer la mitad del consumo de gas residencial en México, según Daniel Zavala, científico de EDF.
El estudio Una historia de dos regiones: Emisiones de metano en el sector de hidrocarburos en México, presentado hace un año por EDF y publicado en Environmental Research Letters, señala que en México hay un subregistro de las emisiones contaminantes en las instalaciones de producción y procesamiento de gas en tierra.
De acuerdo con el documento, se emite 10 veces más metano que lo reportado en los inventarios a cargo de la Asociación de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Sin embargo, las emisiones de las plataformas petroleras costa afuera fueron 10 veces más bajas.
Los datos sugieren que el gas producido eficientemente costa afuera es transportado mediante ductos hacia las instalaciones terrestres y es ahí donde este se quema o se libera a la atmósfera, dice el estudio.
El metano, según EDF, genera un impacto 80 veces mayor a las emisiones de dióxido de carbono en las primeras dos décadas después de que fue emitido.
El metano es también el principal componente del gas natural, lo que significa que estas emisiones son un enorme desperdicio de recursos.
El estudio añade que el desperdicio de gas en la región señalada representa una pérdida estimada de cuatro mil millones de pesos anuales.