La Secretaría de Energía publicó la actualización de permisos de importación y exportación del sector de petrolíferos con corte al primero de marzo.
En el documento, la dependencia informó que con corte a ese día se mantienen vigentes 77 permisos para realizar estas actividades.
Desde mediados del año pasado, la secretaría dirigida por Rocío Nahle ha negado sistemáticamente la renovación de permisos e incluso ha revocado autorizaciones a distintas empresas para importar o exportar hidrocarburos.
En diciembre del año pasado, la Sener revocó los permisos de la compañía Windstar de forma definitiva, mismos que estaban suspendidos desde junio.
Con corte al 24 de diciembre, en el país habían 99 permisos vigentes para la importación y exportación de derivados del crudo.
Sin embargo, entre enero y febrero de este año, la dependencia dejó sin efecto 22 autorizaciones que caducaron en los primeros dos meses del año, y que ya no fueron renovados.
Entre las empresas afectadas en los primeros dos meses del año destacan nombres como BP, Glencore Energy, mientras que para el corte de marzo, la falta de renovaciones también afectó a Pemex Transformación Industrial, y empresas privadas como Pochteca, Intersim, o ALVEG.
Sin embargo, los permisos que no fueron renovados corresponden al gas natural, heptano y hexano y ninguno de ellos restringió los permisos para gasolinas y diésel.
En los últimos ocho meses, la dependencia decidió no renovar más de 100 permisos, pues en el reporte de agosto había 186 permisos vigentes, de los cuáles, al corte de marzo, solo hay 77 vigentes.
Además, en julio del año pasado, el Servicio de Administración Tributaria reportó la suspensión de 82 compañías de los padrones de Importación y de Importación Sectorial, al argumentar inconsistencias en la documentación o violaciones en los procesos de importación.
La revisión del SAT ocurrió después de que en marzo del año pasado, el presidente de México decidió iniciar investigaciones por presunto “huachicol fiscal”, que, acusó, consiste en que las empresas con permisos de importación alteraban sus reportes y pasaban combustibles diferentes por las fronteras de México para obtener mayores ganancias y evadir impuestos.