La llegada de la gigafactory de Tesla no es la conclusión, sino el inicio de un largo proceso que requiere de muchas acciones, algunas que incluso se contraponen a la política energética mexicana, y se vuelve un reto para México, los mexicanos y la propia autollamada cuarta transformación. Me dedicaré solo al asunto energético, razón de ser de este portal.
La gigafactory no es cualquier armadora de autos, como las decenas que tiene México. Este modelo de negocio es una planta en la que se instala la cadena de suministro casi completa. Las armadoras en el país suelen ser naves industriales donde se ensambla el auto, rodeadas de un parque industrial que fabrica partes.
Las plantas de Tesla, en cambio, son todo el parque industrial debajo del mismo techo, por tanto su demanda energética es la suma de los consumos de un parque. Enorme.
La demanda de la gigafactory, según algunos datos preliminares que he encontrado, es de unos 300 MW. La demanda en el noreste del país ronda en estos días entre seis y ocho mil MW. Eso quiere decir que el incremento de la demanda en la región rondará entre los 3.75 y cinco por ciento. La generación en la misma región está entre 10 y 13 mil MW. Digamos que energía hay y suficiente, pero…
Tesla tiene la bonita costumbre de aprovechar sus espacios de forma inteligente, lo que incluye su techo. Ese espacio, según la misma información, podría albergar unos 30 MW de paneles solares. O sea, durante las horas de irradiación aportaría diez por ciento de la demanda de la fábrica. La bronca aquí es que el gobierno ha negado muchos permisos para generar en sitio por arriba de 500 kilowatts (que es la capacidad que no requiere permisos). El discurso del gobierno ha sido: “¿Para qué quieres generar? Mejor cómprale a CFE”, lo que sale absurdamente más caro.
“Tesla tiene la bonita costumbre de aprovechar sus espacios de forma inteligente, lo que incluye su techo”.
Pero además resulta que, al instalarse en México, Tesla tendrá que obedecer las leyes mexicanas. Eso significa que deberá cumplir con sus obligaciones en materia de energía limpia. Además, dados sus compromisos corporativos de neutralidad de emisiones, cumplir con sus obligaciones de Certificados de Energía Limpia es una meta muy menor.
Si la demanda de 300 MW es el dato real y parejo, Tesla consumirá unos 2,628 GWh al año. Cumplir con sus obligaciones de Certificados de Energía limpia significaría 365,000 CEL al año. Pero Tesla, por obligaciones distintas, requiere que toda su energía provenga de energía renovable. ¿Hay esa cantidad de energía renovable disponible en el norte? Sí, pero comprometida, y (afortunadamente) un gran potencial, solo que desaprovechado.
Los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas (que integran el noreste eléctrico del país) tienen un amplio potencial solar y eólico. Una parte ya se aprovechó, pero otra no por falta de líneas de transmisión. El problema es que la política energética del sexenio se tradujo en falta de inversiones en transmisión y no se puede instalar mucho más eólica en el norte.
¿Se puede resolver esto? Sí.
Y es curioso pero tal vez el logro que presume ahora el gobierno termine siendo un factor que obligue a dar un giro en la política energética.
Llevar más eólica y solar a Nuevo León podría ser posible solo si se construyen líneas de transmisión que incrementen la recolección de energía en el corredor eólico de Tamaulipas o haciendo refuerzos en zona de la frontera para generar ahí solar y eólica e integrarla al sistema.
Dinero hay, para eso están las tarifas de transmisión, pero una decisión política cerró la inversión para bloquear el mercado de generación. Eso tendrá que cambiar, si quieren mantener la narrativa de que el gobierno atrae inversiones.
Y si no hay cambio, la contradicción será evidente y el proyecto podría retardarse en su ejecución. O cancelarse.
Las opiniones vertidas en la sección «Plumas al Debate» son responsabilidad exclusiva de quienes las emiten y no representan necesariamente la posición de Energía a Debate, su línea editorial ni la del Consejo Editorial, así como tampoco de Perceptia21 Energía. Energía a Debate es un espacio informativo y de opinión plural sobre los temas relativos al sector energético, abarcando sus distintos subsectores, políticas públicas, regulación, transparencia y rendición de cuentas, con la finalidad de contribuir a la construcción de una ciudadanía informada en asuntos energéticos.