El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el país no está dispuesto a aceptar un tratado comercial que implique perder soberanía.
“Aun tratándose del mercado más importante del mundo, si tener acceso a ese mercado nos implica ceder soberanía, no lo aceptamos, además, no tienen razón”, dijo el presidente de México en su conferencia de prensa matutina.
Sin embargo, confió en que no habrá una ruptura, porque afirma que el gobierno mexicano tiene razón, al tiempo que no resulta conveniente para México y Estados Unidos.
El mandatario mexicano insistió en que Estados Unidos no tiene razones para imponer una mesa de consulta por la política energética que implementa su gobierno, debido a que se reservó el capítulo 8 del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
“No fue en vano que se detuvo la negociación, porque me opuse a lo que ya habían negociado en el artículo octavo del tratado, que nosotros redactamos. Y ahora resulta que no tiene validez, si es el tratado. Empiezan con justificaciones leguleyas de que no es así, porque técnicamente sí existe en lo jurídico el compromiso, cuando en el cuerpo del tratado sí está establecido”.
Además, amenazó con enviar una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien, dijo, probablemente no está enterado de lo que establece el acuerdo y cuestionar quién está tomando las decisiones.
López Obrador retomó el Capítulo 8 del acuerdo trilateral que establece el reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de los Estados Unidos Mexicanos en los hidrocarburos.
“Las partes confirman el pleno respeto de la soberanía y su derecho soberano a regular, nosotros tenemos derecho a regular con respecto a asuntos abordados en este capítulo, de conformidad con sus respectivas constituciones y derecho interno. México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna”, mencionó el mandatario.
El capítulo 8 se refiere solamente al apartado de la propiedad de la nación en materia de hidrocarburos en el subsuelo y no incluye el resto de la cadena productiva del sector ni a la industria eléctrica, reclamos que forman parte de las mesas de consulta solicitadas por Estados Unidos y Canadá.