La administración anterior ha resultado ser un verdadero cofre de sorpresas y una joya de ellas es nada menos que la central nucleoeléctrica de Laguna Verde de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Trascendió este fin de semana que durante los últimos seis años esta central registró 16 paros técnicos, de esos que a todo mundo le ponen los pelos parados.
Pero no le podemos contar más porque, como se instituyó en el gobierno mexicano a partir de 2018, todo lo de interés público se volvió “de seguridad nacional”, así que la información sobre este tema quedó clasificada como “reservada” para los próximos cinco años. Lo malo es que a la actual administración no le vemos muchas ganas de transparentar las cosas.
A eso, agregue usted que la titular de la CFE, Emilia Calleja Alor, está apurada viendo quién le vende uranio bajo enriquecido (LEU, por sus siglas en inglés) porque resulta que la empresa TENEX, una rama de la corporación estatal rusa ROSATOM, que normalmente se lo provee, se declaró en “fuerza mayor” en noviembre pasado.
Según Energy Intelligence, es imperante que consiga el elemento antes de marzo de 2025, mes en que está programado un paro técnico. Lo peor de todo es que, por ahora, los precios en los mercados internacionales no están muy asequibles, ya que oscilan entre los 180 y 190 dólares por unidad de trabajo de separación, refirió también el medio especializado.
La CFE firmó en 2021 un contrato de abasto con TENEX para tres cargas en el periodo 2022-2025, previa entrega del material a la norteamericana GNF-Americas, la cual tiene una exención de las autoridades de EE.UU. a la prohibición de las importaciones de uranio ruso como parte de las sanciones por la guerra en Ucrania.
En fin, en 2023 y este año vimos cómo el sistema eléctrico del país no aguantó la subida de la demanda en temporada de calores, así que esperamos que no nos falle Laguna Verde para 2025.
¿Gas LP, o doble cobija?
Y ya que hablamos del clima, le recomendamos que le empiece a rezar a su santo favorito para que esta temporada invernal no llegue tan fría porque el panorama en el mercado del gas licuado de petróleo (gas LP) no es nada alentador.
Lo que pasa es que la bomba está por reventar porque, por un lado, el control de precios que el gobierno anterior impuso en 2021 a los distribuidores del gas doméstico deja poco o casi nada de margen de ganancia a los empresarios y ya se nota en el mantenimiento de equipos y cilindros, lo que pone en riesgo a los trabajadores y usuarios. Por el otro lado, la caída en el abasto del energético por parte de Pemex en las últimas semanas pone en dudas que vaya a haber suficiente gas ante un aumento de la demanda por los fríos propios de la época.
Y es que no ha logrado cuajar ningún acuerdo entre el empresariado, la Secretaría de Energía de Luz Elena González Escobar y lo que queda de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para levantar esta industria que atiende a alrededor de 80 por ciento de los hogares mexicanos.
Como previsión, nosotros ya encargamos una colcha adicional con estampado de tigre y mameluco de conejito.
La deuda y la creatividad de Pemex
En los últimos tiempos, sale más creatividad de Pemex que petróleo crudo.
Como usted ya sabe, la petrolera de todos los mexicanos ya no sabe en qué pie brincar con la enorme deuda que tiene con sus proveedores y contratistas, esa misma que su ex director general, Octavio Romero Oropeza, siempre dijo que se iba reduciendo.
Bueno, pues esta semana, el nuevo campeón de la empresa, Víctor Rodríguez Padilla, anunció que sus muchachos ya sondean con fondos de inversión de Estados Unidos y, de plano, de Europa, para que se pongan guapos y ayuden con este pequeño problema. La garantía son los terrenos de la abuela, como refinerías, plataformas o cualquier otra cosa, al más puro estilo entreguista “de antes”.
El año pasado, la Secretaría de Hacienda de Rogelio Ramírez de la O, también ya un poco ansiosa con esta deuda, volvió a bajarle impuestos y le permitió diferir otros más para que justo pudiera cumplir con sus obligaciones. Pero nada.
Y hace un par de años, el propio Romero Oropeza ofreció a sus proveedores bonos de deuda de Pemex.
No nos han consultado todavía, pero con el mejor ánimo solidario, nosotros nos ofrecemos a organizar una rifa de un par de refinerías, una petro-kermés, o una tanda entre petroleras. O sea, alguien tiene que hacer algo, ¿o no?