En el tablero de ajedrez geopolítico, pocas piezas son tan importantes como las infraestructuras energéticas que conectan y hacen funcionar países, economías y continentes completos. Entre ellas se encuentra el gasoducto Nord Stream que destaca no solo por su capacidad y eficiencia para transportar gas natural desde Rusia hacia Alemania a través del mar Báltico, sino por el simbolismo político y económico que representa.
El Nord Stream 1, que comenzó a operar desde el ya lejano 2001, y el Nord Stream 2, el cual tuvo poco tiempo de operación, fueron creados bajo la promesa de fortalecer la seguridad energética de la Unión Europea, diversificando la ruta de suministro y haciéndola más segura, evitando los problemas que representa el tránsito por países como Ucrania. Sin embargo, el conflicto ruso-ucraniano ha dejado ver la realidad geopolítica en la región, en donde estos gasoductos se han convertido en una herramienta más de presión al conflicto en Ucrania y son una herramienta de influencia política.
“El conflicto ruso-ucraniano ha dejado ver la realidad geopolítica en la región, en donde estos gasoductos se han convertido en una herramienta más de presión”.
Es conocido que Vladimir Putin, desde la creación del proyecto Nord Stream, lo ha usado para tratar de imponer su política exterior en Europa, además de que los ingresos que obtenía Rusia a partir de la venta de gas natural son claves para el propio funcionamiento como Estado. De ahí la gran importancia de este par de gasoductos, los cuales el 26 de septiembre de 2022 sufrieron unas explosiones que ocasionaron que su funcionamiento se detuviera por completo.
Desde la explosión del Nord Stream han existido acusaciones por parte de Occidente argumentando que el ataque fue perpetrado por parte de Rusia por medio de drones, barcos pesqueros y helicópteros. Por su parte, el presidente ruso, en la entrevista que sostuvo recientemente con el periodista estadounidense Tucker Carlson, dijo: “No voy a entrar en detalles, pero en estos casos siempre se dice: busca al que esté interesado. Pero, en este caso, debemos buscar no solo a alguien que esté interesado, sino también a alguien que pueda hacerlo”. Existen acusaciones por ambos lados y encontrar la verdad aparentemente será muy complicado. Inclusive el propio consorcio de empresas que forman Nord Stream AG no ha podido dar un informe final claro sobre lo sucedido.
Lo cierto es que los ataques sufridos por ambos gasoductos en septiembre de 2022 no solo representaron un acto sin precedentes de sabotaje a una infraestructura importantísima para la Unión Europea, sino que también simbolizaron el rompimiento de una etapa muy larga, en la que la dependencia energética de Europa hacia Rusia era vista como un mal necesario, aunque desde la óptica de las instituciones de la UE se veía como un tema de interdependencia.
Ante estos acontecimientos geopolíticos, la UE emprendió el plan REPowerEU con la finalidad de frenar y eliminar gradualmente las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos. A su vez, plantean buscar ahorrar energía, producir energía limpia y diversificar el abastecimiento energético. Mientras que por el otro lado Rusia ha buscado colocar su gas en mercados asiáticos como China para obtener los recursos que obtenía de comerciar los hidrocarburos con la UE.
El Nord Stream parece quedar en desuso con el paso de los meses y mientras las tensiones entre Rusia y Occidente crecen cada día más con la guerra en Ucrania, Vladimir Putin sigue fortalecido al interior de su país, luego de ganar las elecciones presidenciales con un respaldo de más el 87% del electorado, Putin señaló que los países occidentales no estarán de acuerdo con su victoria porque están en pleno conflicto con Rusia.
Las cosas han escalado a tal grado en esta región del mundo, que continuamente Putin ha señalado que está dispuesto a usar el armamento nuclear con el que cuentan, el cual no sobra decir que es de los más poderosos del mundo, de ahí que cada vez que se menciona el tema se llega a hablar de una posible tercera guerra mundial.
Espero que podamos leernos por aquí la próxima semana, que las potencias nucleares no hagan el uso de estas armas y que el conflicto ucraniano termine pronto. Pienso que una vez que pase la guerra en Ucrania, el Nord Stream volverá a trabajar como lo hacía antes de las explosiones que detuvieron su funcionamiento, será así porque los intereses económicos involucrados en este gasoducto son más grandes de lo que se imaginan muchos y también porque es la forma más segura, asequible y eficaz de llevar energía a Europa.
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