El Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) reduce la expansión de la capacidad instalada de generación a solamente la Comisión Federal de Electricidad (CFE), consideró este viernes el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“En los hechos, Prodesen 2022-2036 reduce la expansión de capacidad instalada –renovable y no renovable– a un solo actor: la CFE”, fue unas de las conclusiones que expuso el Instituto en un comunicado de prensa.
Esto, agregó, pone una responsabilidad a la empresa del Estado que no está en condiciones de asumir y genera presiones innecesarias sobre las finanzas públicas.
Además, es una estrategia contraria a los tratados internacionales, la legislación y la regulación mexicanas, pues cierra la puerta a la inversión privada en un mercado abierto a la competencia, dijo el organismo bajo la dirección de Valeria Moy.
Esta semana, la Secretaría de Energía dio a conocer el PRODESEN 2022 -2036, el documento rector y de planeación del sistema eléctrico nacional con proyección a 15 años.
El IMCO también concluyó que la planeación presentada en el documento va en contra de las metas de transición energética del país. “Cabe subrayar que la empresa del Estado no tiene planes ambiciosos para el tendido de energías renovables (poco más de 1 GW en nueva capacidad entre 2022 y 2025)”, aseguró.
Retoma que el Prodesen estima que la capacidad instalada nacional aumentará en 48% para 2036, de los cuales, según los planes, contemplan adiciones en energía solar, nuclear, de ciclos combinados y de combustión interna, de 251%, 155%, 40% y 209% respectivamente.
“Las cifras son alarmantes pues la CFE no cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo esta expansión –la inversión privada en generación eléctrica asciende a $44 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Consejo Coordinador Empresarial– y el documento no da información puntual sobre cómo se planean financiar estos proyectos”, dijo al respecto.
Destacó que los fideicomisos creados con el objeto de financiar la construcción de centrales ya han sido asignados a distintos proyectos, por lo que quedará por definir el financiamiento de las nuevas inversiones. “Este financiamiento se dará a partir de recursos públicos en plantas que no son económica, social o ambientalmente eficientes”, adelantó.
Detalló también que entre 2026 y 2035 se planean agregar 32,812 MW, de los cuales 72% será de energías renovables. “El plan es ambicioso, pues se planea crear un aumento de más del 200% en ciertos tipos de energías como son la solar y la nuclear”, refirió, y detectó que no hay especificaciones de los nuevos proyectos de inversión, por lo que no se conoce la factibilidad ni los costos, ni tampoco queda claro cuál será la participación del sector privado, “indispensable para la viabilidad de las metas establecidas”.
En este escenario, el IMCO encontró también que realmente la expansión de la capacidad instalada recaerá en las centrales de ciclo combinado con base en gas natural.
“La apuesta principal para aumentar la capacidad de generación en el país recae en las centrales de ciclo combinado (gas natural y vapor). Sin embargo, este plan de expansión no viene acompañado de una estrategia para garantizar el suministro del gas natural, insumo fundamental para la operación de estas centrales, a partir de expansiones de la red de gasoductos o inversiones en almacenamiento”, expuso.
En resumen, el Instituto señaló que el Prodesen está “anclado en un pasado de combustibles fósiles”.
“No es congruente con la tendencia mundial hacia la descarbonización de las matrices energéticas de los países, ni con los compromisos que México ha suscrito en materia de mitigación del cambio climático ni con la ley”, lamentó.
“La planeación del Estado mexicano en materia eléctrica no aspira a un entorno más sustentable, ni a un México más competitivo, sino únicamente a beneficiar a la CFE”, concluyó.