Durante noviembre del año pasado, el 28 por ciento del millón de barriles que procesó el Sistema Nacional de Refinación correspondió al combustóleo, un derivado conocido como la “leña del diablo” por sus altas emisiones contaminantes.
Este compuesto fue el segundo de mayor producción en las seis refinerías activas dentro del país, al representar 280 mil barriles diarios del millón que produjeron las seis plantas de Pemex.
El primer producto es la gasolina, con prácticamente 313 mil barriles diarios durante noviembre del año anterior.
La producción de combustóleo alcanzó su punto más alto mensual desde marzo de 2021, cuando se obtuvieron 296 mil 359 barriles diarios.
El incremento en la obtención de este producto es contrario al Plan de Negocios 2023-2027, presentado recientemente por la empresa productiva del Estado.
De acuerdo con este documento, en el subsector hidrocarburos, se establecieron compromisos de reducción de emisiones de gas metano en los procesos de exploración y producción y proyectos para la construcción de plantas coquizadoras en las refinerías de Tula y Salina Cruz para reducir la producción de combustóleo y generar combustibles más eficientes como la gasolina y el diésel.
En este sentido, el 28 de noviembre del año anterior, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que la inversión estimada en estas dos coquizadoras es de 160 mil millones de pesos, o bien, ocho mil millones de dólares.
Esta inversión, de acuerdo con los cálculos del mandatario, permitirá sustituir la producción de 145 mil barriles diarios de combustóleo, que serán sustituidos por la misma cantidad de barriles de gasolina.