El 26 de enero pasado, el director general de CFEnergía hizo una presentación durante el 8º Foro de Proyectos de Infraestructura de México en la que anunció que CFE explora un modelo nuevo para la solución de lo que la empresa productiva del estado (EPE) se refiere como el problema de exceso de capacidad de transporte que tiene contratada en los gasoductos que se licitaron en la administración pasada. La solución que propone se basa en formalizar sociedades mediante alianzas estratégicas con grandes empresas internacionales, “en las cuales CFE es un socio del proyecto y no solo un cliente” y agregó que la EPE sería un socio para “el transporte del gas natural y para la exportación de gas en momentos de grandes oportunidades en el mercado internacional“.
En este sentido, el funcionario mencionó que están planeando subastar “gas en excedente a un precio mejor de lo que pagó la CFE” y que pronto anunciarían la convocatoria para la subasta de estos excedentes de molécula en puntos específicos en México y Texas por un tiempo determinado. Le llamó “mercado secundario de excedentes de gas natural”.
Lo anunciado va en línea con la pretensión y anuncios de la CFE desde inicios de la presente administración y queda claro que la prioridad de CFE es posicionarse como un jugador dominante en el sector energético. CFE propone un mercado secundario de molécula haciendo alusión a su queja constante de tener exceso de capacidad contratada pero no utilizada. Como se ha explicado reiteradamente, la capacidad excedente que tiene contratada CFE fue parte central de la política energética de la administración pasada que tenía como objetivo desarrollar infraestructura de transporte de gas natural de manera acelerada para frenar el grave problema de las alertas críticas que fueron particularmente graves en 2012 y 2013, ocasionando un impacto negativo en el PIB por 45 mil millones de pesos, según estimaciones de Banco de México[1]. Asimismo, se vio la oportunidad de desarrollar más infraestructura de transporte por ducto para la importación del gas natural más barato del mundo proveniente de Estados Unidos y del cual nos hemos beneficiado todos los mexicanos en estos años.
“…queda claro que la prioridad de CFE es posicionarse como un jugador dominante en el sector energético”.
Como se ha explicado también, para no afectar a CFE en la estrategia de que fuera la EPE la que anclara la mayor parte de esta nueva capacidad de transporte, la regulación prevé que toda aquella capacidad disponible no utilizada pueda ser comercializada en mercados secundarios o ponerla a disposición del gestor de sistema, es decir, el Cenagas (artículo 73 de la Ley de Hidrocarburos).
La legislación es clara. Por un lado, la CFE ha optado por pagar la capacidad reservada sin utilizarla en lugar de ponerla a disposición de terceros en mercados secundarios y colocar la capacidad al mejor postor y, por el otro, la CRE tampoco la ha obligado a ceder esa capacidad excedente. Por el contrario, recordemos que el año pasado, la CRE emitió la resolución RES/163/2022 por medio de la cual autorizó al Cenagas a incorporar rutas secundarias a los contratos de CFE en base firme, para que su capacidad reservada no utilizada en generación, equivalente a un promedio de 1,247,600 GJ/día, o 66% del total, pudiera ser utilizada para comercializar gas natural. También el año pasado la CRE publicó un acuerdo mediante el cual instruye al Cenagas a dar acceso a la capacidad disponible en los ductos de internación solo a aquellos usuarios dispuestos a comprar la molécula a alguna EPE, de lo contrario no podrían hacer uso de la capacidad.
Participantes del mercado han llevado dichos acuerdos a los tribunales, ya que las disposiciones de la CRE imponen barreras a la libre concurrencia, niegan el acceso abierto a la capacidad disponible, fomentan la discriminación indebida a favor del jugador más grande, entre otros.
A todo ello, ahora hay que agregarle las intenciones de CFE de entrar como socio de los nuevos proyectos tanto de transporte como de comercialización que están desarrollando los inversionistas privados. Al tener acaparada la capacidad de los ductos de transporte es más fácil “convencer” a las contrapartes de hacer la sociedad que proponen como nuevo modelo.
Sin contar con más información que lo presentado por el funcionario a finales del mes pasado, cabe preguntarse si estas subastas de gas natural a precios menores de los que pagaría CFE por la molécula tendrán como efecto un mayor desplazamiento de los pocos importadores de gas natural que quedan y si todos aquellos interesados con características similares tendrán acceso a los mismos descuentos de parte de la CFE o habrá favoritos.
Mientras tanto, considero las siguientes afectaciones potenciales de la nueva política energética en materia de gas natural: Se condiciona el uso de esta infraestructura de manera indebida y con efectos anticompetitivos generando una barrera a la libre concurrencia y competencia efectiva en el mercado; se establecen ventajas regulatorias exclusivas para la CFE en el eslabón de comercialización, lo cual restringe la entrada libre y anula la capacidad de competir de los participantes; se pone en riesgo más de la mitad de la generación eléctrica en México que es la que depende del gas natural importado pues se disminuyen las opciones de suministro, y se centraliza la comercialización del gas natural en un gran jugador.
Nota:
[1] Informe de Inflación del Banco de México, 2013.
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