El precio del barril de West Texas Intermediate (WTI) cerró el mes en 68.09 dólares por barril, lo que representó una pérdida mensual de 11.32 por ciento, su mayor caída mensual desde noviembre de 2021.
Especialistas financieros señalan que la baja en los precios del petróleo ha sido alimentada por la pérdida de impulso económico en China y Estados Unidos, así como por un posible estancamiento en la demanda del hidrocarburo.
De acuerdo con el banco privado Julius Baer, la demanda de petróleo del mundo occidental se estanca, los flujos de petróleo ruso se establecen fuera del hemisferio occidental y es probable que los suministros de los países productores de petróleo sigan superando las cuotas acordadas.
Además, los últimos datos económicos de China señalan una pérdida continua de impulso, a lo que se suma el rápido cambio del país hacia la movilidad eléctrica que reduce parcialmente la narrativa de la reapertura relacionada con los servicios y socava otros segmentos de la demanda de petróleo.
Por otra parte, el mercado parece menos convencido de la narrativa predominante de restricción, como sugieren las curvas de futuros con pendiente descendente.
Los recortes en el suministro anunciados por los países productores de petróleo a principios de este año no lograron mantener los precios en niveles más altos.
En este sentido, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, coincidió en la expectativa de una menor demanda, debido a que la economía de Estados Unidos podría entrar en recesión, mientras que la economía china se desacelera, pues su PMI acumula tres meses consecutivos a la baja.
Estas dos economías son las que tienen mayor demanda mundial por el hidrocarburo.
Por otra parte, la analista señaló que la Reserva Federal de Estados Unidos podría incrementar la tasa de interés referencial el 14 de junio, lo que reduce la demanda por petróleo al incrementar los costos de oportunidad de mantener inversiones en commodities que no pagan intereses.
En tercer término se ubica el fortalecimiento del dólar estadounidense, que reduce la demanda por commodities al hacerlos menos accesibles para quienes tienen otra divisa.