El cambio climático tendrá impactos más severos en algunas energías limpias, como la hidráulica y la bioenergía, así como en las actividades extractivas y en el consumo energético, encontró un estudio realizado por la Secretaría de Energía (Sener).
“El cambio climático tiene el potencial de alterar la producción de energía hidroeléctrica al incrementar las sequías y los cambios en precipitación; la bioenergía al perjudicar el rendimiento de ciertos tipos de cultivos, y en general al afectar el funcionamiento de las plantas de generación eléctrica y las redes de transmisión y distribución por el aumento de las demandas de calefacción y refrigeración”, prevé la dependencia.
Recientemente, la Sener al mando de Luz Elena González Escobar dio a conocer el estudio “Diagnóstico de vulnerabilidad en el Sector Energético”, un documento que contó con la colaboración de diversas entidades, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Petróleos Mexicanos (Pemex), el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Conapred) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
El estudio considera que el cambio climático no afectaría la generación eléctrica a partir de las centrales eólicas y solares “hasta el punto de comprometer su capacidad de reducir emisiones”, pero estima que sí podría cambiar su eficiencia e incrementar la intermitencia en su generación.
Por ello, recomienda utilizar herramientas de pronóstico y de respaldo para mejorar el despacho de energía por este tipo de materia prima.
Cabe recordar que la generación eléctrica a partir del agua representa actualmente 7.7 por ciento de la generación bruta total nacional, con a cifras de 2023. Sin embargo, es la de mayor participación en la canasta de generación limpia nacional.
Cambios en los ciclos hidrológicos
En el análisis presentado por la Sener se cree que el cambio climático modificará la precipitación pluvial y las temperaturas locales en las áreas de captación, provocando variación del flujo y su estacionalidad, lo que afectaría directamente el potencial del recurso.
El alza de la temperatura, además, aumentará pérdida de agua por evaporación, mientras que la variabilidad en los flujos de los ríos también tendría impactos negativos, aunado a las sequías para cultivos, en la generación hidroeléctrica.
Del lado de la bioenergía, la Sener expone que el aumento de la temperatura climática podría provocar la reducción de ciertos cultivos cuyos productos se utilizan para la producción de biocombustibles. Asimismo, podría acelerarse el metabolismo de algunas especies de insectos que, al modificarse sus ciclos reproductivos, potencialmente se convertirían en plagas.
Menciona de la misma forma inundaciones que dañarían amplias zonas de cultivo o, por el otro lado, sequías.
Eólica y solar, más intermitentes
El diagnóstico de la Sener estima que el cambio climático podría cambiar la densidad del aire y hacer que la generación eoloeléctrica sea menos eficiente.
En el mismo sentido, los cambios en los patrones de comportamiento de los vientos provocarían una variabilidad en la producción de energía que podría aumentar o disminuir.
Del lado de la energía solar fotovoltaica, la dependencia federal expone que el incremento de gases de efecto invernadero (GEI) podría influir en el aumento de vapor de agua atmosférico, con nubes y turbidez que afectaría el recurso solar para la generación eléctrica.
Afectaciones en upstream
En las actividades de exploración, extracción y procesamiento de petróleo crudo y gas, el cambio climático tendría una serie de afectaciones, muchas de ellas relacionadas con la disponibilidad de agua.
“Impactos posibles en el suministro de agua como fluido de perforación para la extracción de crudo principalmente durante las olas de calor, provocando mayor consumo del recurso”, plantea el diagnóstico.
Pero por reducción en el fluido de agua en ríos derivado del aumento de la temperatura ambiental, el transporte pluvial de hidrocarburos se vería afectado. Además, el agua es un recurso indispensable para el enfriamiento de tanques de almacenamiento de barcos y trenes de transporte de petróleo y gas.
La Sener no omite tampoco que los fenómenos meteorológicos severos, como huracanes y ciclones, comprometen la producción de las plataformas y otras instalaciones petroleras, además de refinerías y ductos, así como la seguridad de quienes las operan.
“Los ciclones y las tormentas también pueden causar inundaciones y erosiones en las costas, lo que puede afectar a las instalaciones costeras. También puede afectar a los puertos y terminales marítimas, lo que puede interrumpir el transporte marítimo de petróleo y gas”, añade la Secretaría.
Entre otros aspectos, el estudio menciona los severos golpes de calor que pueden sufrir los trabajadores que laboran a la intemperie en instalaciones extractivas.
Redes eléctricas del noroeste, las de mayor riesgo
La Sener citó información de los Indicadores Municipales de Peligro, Exposición y Vulnerabilidad del Cenapred para detectar cuáles regiones de transmisión de las 89 que existen en el país presentan mayor riesgo climático.
Se encontró que son las líneas ubicadas en la zona Noroeste del país las que tienen los niveles más altos de peligro ante ondas cálidas que pueden afectar la eficiencia y el funcionamiento de la red.
“La región norte y noroeste principalmente está expuesta a niveles altos y muy altos de inundaciones y sequías, y la región norte particularmente cuenta con municipios con peligro muy alto a heladas”, indica.
Refinerías y centros procesadores de gas
De acuerdo con el documento, las refinerías, centros procesadores de gas y complejos petroquímicos están expuestos principalmente a heladas, inundaciones y sequías, tormentas eléctricas y granizo, ondas cálidas y ciclones tropicales, además de nevadas.
Pero las inundaciones son el principal riesgo que pueden enfrentar las instalaciones de hidrocarburos, según refiere el diagnóstico.