Eneida Góngora, presidenta de WEN México, consideró que la inclusión de las mujeres en el sector energético nacional debe fundamentarse en la creación de espacios de calidad que permitan el desarrollo profesional y personal de las mujeres, más allá de una integración meramente numérica.
Para que la equidad de género avance en el sector energético nacional, la participación femenina en el ramo debe ser de calidad, aseguró Eneida Góngora, presidenta de Women’s Energy Network (WEN) México.
“No importa si son roles técnicos o no técnicos, debe existir equidad salarial y la oportunidad, por ejemplo, del reclutamiento ciego. Estas son acciones que están pasando, pero no sistemáticamente”, expuso la especialista en entrevista con Energía a Debate.
“Para lograr una verdadera equidad, es fundamental garantizar que el punto de partida sea igual para todas y todos. Esto implica no solo abrir espacios, sino asegurar una participación femenina de calidad, visible, de modo que trascienda y se refleje en acciones y resultados concretos dentro de las organizaciones”, dijo.
Para impulsar la participación de calidad, abundó, es necesario implementar mentorías, redes de apoyo, mantenerse actualizadas, así como diferentes recursos para visibilizar el trabajo de las mujeres y generar recomendaciones que abran nuevas oportunidades y espacios para ellas.
“Las redes ayudan mucho a fortalecer acciones colectivas de asociaciones que trabajamos por visibilizar e influenciar a las mujeres para que se apropien de su liderazgo en este sector. Es algo que tenemos que seguir trabajando, todavía tenemos espacio para seguir fortaleciéndonos”, resaltó.
En este sentido, invitó a generar una agenda conjunta que beneficie a todas las mujeres del sector energético en los diferentes segmentos, así como promover el diálogo con objetivos compartidos de impacto en el tema.
“Al final, necesitamos potenciar los efectos positivos de las redes para las mujeres. En México deberíamos ya estar trabajando en una agenda conjunta entre asociaciones con el sector público y otras partes comprometidas con el avance de las mujeres”, urgió.

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Hacia el mediano y largo plazos, es indispensable avanzar en la equidad salarial y en el acceso de las mujeres a posiciones directivas dentro del sector energético. Aunque la presencia femenina ha crecido en la industria, la realidad es que menos del 30 por ciento de los puestos de liderazgo están ocupados por mujeres, lo que evidencia que aún existen barreras importantes para su desarrollo profesional en los niveles más altos
“Eso sigue siendo una de las expresiones de brechas más evidentes que tenemos nosotras en este sector”.
Además, Eneida Góngora considera que hasta ahora no se han logrado avances significativos en la recopilación y el registro de información estadística pública, accesible, desglosada por cada segmento del sector energético. Esta falta de datos detallados dificulta identificar áreas de oportunidad más precisas, diseñar políticas efectivas y medir el progreso real en materia de equidad e inclusión dentro de la industria.
Al respecto, estimó que el sector energético es uno de los que tiene mayor futuro, por lo que invita a cualquier joven mujer que le interese a estudiar una carrera relacionada con esta área.
El sector energético, abundó, es estratégico, característica que permite abrir espacio para prácticamente todas las disciplinas, por lo tanto, cualquier mujer estudiante que quiera entrar sabrá que siempre va a tener un espacio no solo en México, sino a nivel internacional.
Impulso equitativo
Para Eneida Góngora el impulso a la equidad pasa por al menos dos factores de cambio. El primero de ellos es el cultural, que un proceso lento, aunque va en la dirección correcta, según su parecer. Este cambio implica modificar percepciones, romper estereotipos y fomentar ambientes laborales más inclusivos, donde la diversidad y la igualdad de oportunidades sean una realidad cotidiana.
El segundo factor pasa por la regulación, donde consideró necesario garantizar la perspectiva de género en proyectos del sector. Señala que, mientras la inclusión del tema dependa únicamente de la voluntad de las organizaciones o de exigencias externas —como las de organismos internacionales o licitaciones específicas—, el avance será limitado y desigual.
Sin embargo, mencionó que la regulación debe ser neutral y permitir a las empresas que demuestren los beneficios de incluir a las mujeres en la fuerza laboral y como usuarias de los proyectos en el sector energético. Esta visión busca no solo cumplir, sino también evidenciar el valor agregado que la diversidad de género aporta a la eficiencia, sostenibilidad e impacto social positivo de los proyectos en los diferentes segmentos que lo componen.
En México existe un área de oportunidad muy relevante para que más mujeres, especialmente aquellas que lideran microempresas, se beneficien de políticas y requisitos claros en materia de género. Actualmente, casi 3 millones de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en el país son dirigidas por mujeres, lo que representa un motor clave para el empleo y la economía nacional, pero aún enfrentan barreras para acceder a los beneficios y oportunidades que podrían surgir si la inclusión de género fuera un requisito explícito en los proyectos del sector energético.