Después del apagón que se dio en España la semana pasada, una pregunta común en redes sociales era: ¿puede suceder esto en México?
La respuesta es no, pero sí; y sí, pero no. Vale la pena explayarse un poco.
Antes de empezar, hay que hablar de las similitudes y diferencias entre los dos sistemas.
El sistema eléctrico mexicano alimenta a muchos más usuarios (133 millones de habitantes en México contra 49 millones en España); pero España tiene mayor capacidad instalada de generación (130 GW contra 89 GW en México). En proporción, México tiene 0.67 kW de capacidad instalada de generación per cápita, mientras que España tiene 2.63 kW. España tiene casi 4 veces la capacidad instalada per cápita en comparación con México.
Si hablamos de energía renovable, entre eólica y fotovoltaica, España tiene 65 GW de capacidad instalada, que es el 50% de su capacidad total. México tiene unos 14.4 GW de estas dos tecnologías, que es 15.7% del total. En hidroeléctrica, térmico-solar y nuclear España tiene 26 GW, equivalente a 20%, mientas que México de hidroeléctrica y nuclear tiene 14 GW, equivalente a su vez a 15% de la capacidad total. México no tiene térmico-solar.
Como podemos ver, España tiene mucho más capacidad de generación de energía eléctrica por fuentes limpias (70%) en comparación con México (30 %). Pero no solo capacidad de generación limpia, sino más recursos para generar energía eléctrica por fuentes limpias con generadores que ofrezcan inercia física al sistema, como hidro, nuclear y térmico-solar. Tanto en México como en España la capacidad de almacenamiento eléctrico es baja, la cual ayudaría a estabilizar los dos sistemas.
En transmisión, las cosas también son muy distintas. México es mucho más extenso que España y las líneas de transmisión tienden a ser más largas. Tender más líneas para hacer la red redundante es también más costoso. Eso lleva a que España esté mucho más enmallada, con 90 km de líneas de alta tensión por millón de kilómetros cuadrados de superficie, mientras que México tiene apenas 56. Por poner un ejemplo, mientras Madrid tiene hasta 4 corredores de transmisión de 400 kV que le conectan con Valladolid, Ciudad de México apenas tiene una línea de 400 kV para conectarla con Querétaro. Ambas ejemplos rondan los 200 km. Recordemos que mientras una red está más enmallada, más posibilidades hay de estabilización.
¿Qué sucedió el lunes pasado? La información que tenemos es que hubo un disturbio en la red eléctrica peninsular y que en el momento que sucedió había una mezcla de generadores inadecuada e insuficiente para hacer frente al disturbio. Cuidado, eso no quiere decir que España no cuente con tecnología suficiente para enfrentar el disturbio, sino que en ese momento esa tecnología no estaba disponible en cantidades adecuadas.
Por ejemplo, la nuclear es una de las tecnologías que pueden dar estabilidad al sistema en un disturbio, al mismo tiempo que se considera energía limpia; sin embargo, había al menos dos nucleares fuera de operación al momento del disturbio. Cabe señalar que la red eléctrica española es administrada por una empresa controlada por el gobierno, aun cuando tenga inversión privada. En México la red es controlada por el CENACE, también de gobierno.
¿Un apagón así puede suceder en México?
Sí, pero no por las mismas causas.
“¿Un apagón así puede suceder en México? Sí, pero no por las mismas causas”.
Primero, los apagones en México son comunes, aunque no tan grandes.
Segundo, como pudo usted leer en los párrafos anteriores, tenemos mucho menos capacidad instalada de generación de energía limpia, tanto generadores que pueden ofrecer inercia (hidroeléctrico, nuclear, térmico-solar), como generadores que no la pueden ofrecer (fotovoltaica y eólica). No se ven posibilidades de que haya tanta energía fotovoltaica o eólica los siguientes años en México, menos con la falta de confianza en la inversión que causa la reforma judicial.
Tercero, ¿por qué sí tenemos apagones? Porque hay zonas del país con alto déficit energético, como las dos penínsulas, y a su vez, zonas cuya conexión depende de una sola línea, como la península de Yucatán. España tiene una red muy enmallada.
Cuarto. En algunas zonas, como la mencionada península de Yucatán, el sistema depende de centrales viejas, degradadas, que en algunos lugares del mundo estarían en museos.
Quinto. Gracias a la apertura casi total a la inversión privada en España, tiene un sistema eléctrico moderno en comparación con el mexicano. México ha llegado al absurdo de invertir para traer del retiro centrales eléctricas viejas (1,300 MW en 2019) en lugar de invertir en nuevas centrales para renovar el parque.
Para evitar apagones como el de la semana pasada, España solo requiere hacer pequeños ajustes a su política energética, como cancelar el cierre programado de nucleares. Programa de cierre que no tiene lógica técnica alguna, es más bien solo un asunto electorero e ideológico. Una decisión política sobre un asunto técnico.
Mientras, en México la falta de inversión pública y el bloqueo a la inversión privada nos llevaron a normalizar los apagones, raros en España, y a requerir inversiones millonarias para que en unos años saquemos a estos problemas de la normalidad.
En otras palabras, mientras España debate sobre cómo administrar un sistema moderno, en México estamos pensando en cuántos apagones tendrá Mérida por falta de energía este verano. Pero los dos podrían tener crisis como la de la semana pasada, derivada de decisiones políticas, no técnicas. La política echa a perder todo.
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