La reunión sobre cambio climático en Glasgow sigue su curso con objetivos presentados por diferentes naciones que van desde los programas ampliamente ambiciosos, hasta la ausencia de objetivos.
Sin embargo, el banco de inversión suizo Julius Baer, advierte que el impacto del Covid en las cadenas de proveeduría también han afectado el desarrollo de las energías renovables, ante el encarecimiento de los insumos, así como los cuellos de botella para las cadenas de valor.
“Los últimos días han demostrado que cualquier historia prometedora de crecimiento estructural a largo plazo no puede escapar a la dinámica cíclica de corto plazo. Los retrasos en los proyectos, los contratiempos de la cadena de suministro y las fricciones comerciales presionan los flujos de efectivo y la rentabilidad, realidades a las que se enfrentan los inversionistas hoy, independientemente de las promesas que hagan los políticos para mañana en Glasgow”, mencionó Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Next Generation del banco Julius Baer.
Para el banco, la visión sobre el potencial financiero de la energía es neutral, pues señala que el crecimiento se mantiene a niveles moderados y los márgenes de ganancia parecen enfrentar dificultades, al tiempo que las valuaciones de los proyectos son altas.
“Vemos que las tasas de instalación de plantas de energía solar y eólica solo se recuperan lentamente en 2022 y se mantienen por debajo de los máximos previos a la pandemia”
Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Next Generation del banco Julius Baer
El especialista aclara que el interés de los inversionistas en energías renovables va en aumento mientras se desarrolla la reunión de representantes de 120 países en la COP 26 de Glasgow, Escocia, pero “cualquier historia de crecimiento estructural permanece expuesta a la dinámica cíclica que la energía limpia experimentó en los últimos días”.
Rücker detalla que la transición a las energías renovables ha estado en apogeo durante los últimos años, gracias principalmente a que los parques solares y eólicos se convirtieron en soluciones competitivas, aunque “el negocio de la energía limpia no puede escapar de los desafíos causados por la pandemia”.
Los reportes trimestrales correspondientes al periodo entre julio y septiembre, recopila, apuntan a que algunas empresas sufren retrasos en proyectos renovables, ante los bloqueos ocasionales y parciales de las cadenas de suministro, a lo que se suman las presiones inflacionarias de materias primas como el acero o la escasez de productos electrónicos, entre los que destacan los chips, situación que limita las ganancias que se pueden obtener de estos proyectos.
La suma entre las presiones inflacionarias y las demoras, señala el analista de Julius Baer, tienen un impacto particular para la energía limpia, porque la rentabilidad de un proyecto reacciona de manera sensible y porque los fabricantes de equipos dependen de altas tasas de utilización de sus manufacturas para cubrir sus altos gastos de capital.
Por otra parte, añade, las fricciones comerciales han sido una fuente común de “sorpresas negativas” y las últimas noticias sobre posibles aranceles estadounidenses sobre los productos solares chinos causaron cierta volatilidad.
“Vemos que las tasas de instalación de plantas de energía solar y eólica solo se recuperan lentamente en 2022 y se mantienen por debajo de los máximos previos a la pandemia”, advierte.